Un sábado de estos fuimos a una primera comunión, era la de una hija de una amiga, y allí tienen que en la mesa que me tocó, estaba un amigo que se dedica a poner música en las fiestas, tiene muchísima experiencia en esto, es un jovenazo de los de antes, creo que tiene 40 años haciéndolo. Pues como les digo, empezamos a platicar y como soy bien preguntón, le solté: ¿Cuál había sido la experiencia más rara que has vivido en esto de poner la música en las fiestas?
En vez de decirme que qué me importa, me platicó que tenía varias anécdotas, ya que en las fiestas cambia mucho la forma de comportarse de las personas que asisten, y cuando son los organizadores de los eventos, más se ponen muy nerviosos. Me dijo: te voy a platicar, una de la que siempre me voy a acordar, me contrataron para una boda en un salón muy grande que está en el centro de la ciudad, me dieron la mitad de la renta del sonido y se agendó la fecha; cuando llegó el día del evento, cargué todo el equipo en la combi que tenía en aquel momento y me fui temprano para instalar todo lo necesario, al llegar al salón, el administrador me dijo “aquí no vas a instalar nada”, porque no se había pagado la renta del salón, este permanecería cerrado, rápido fui a buscar el contrato para localizar los teléfonos de los que me habían contratado, traté de comunicarme con los novios a los teléfonos que me habían dejado, pero no me contestó ninguno de los dos, pues muy triste subí de nuevo mi equipo a la combi y me fui a mi casa, todavía vivía con mi mamá, estaba felizmente soltero, pues cené y me fui a mi cuarto que está en la planta alta y me puse a ver la televisión. Un rato después llegó una mujer vestida de novia a la casa, mi mamá fue la que abrió y la mujer le dijo “Carlos me dejo plantada”, mi mamá pelo los ojos y se le fue la sangre a los pies, creía que era una mujer que había engañado yo, se dio la vuelta y me fue a buscar al cuarto, cuando le abrí me dijo ¿Pues qué hiciste? Allá afuera está una mujer vestida de novia diciendo que la dejaste plantada, le contesté a mi mamá no hice nada, solo que los administradores del salón donde iba a tocar no me dejaron instalarme para poner la música. Salí y le dije a la mujer vestida de novia lo que había pasado y ella me dio una nueva dirección, subí otra vez mi equipo y me fui a tocar, pero mi mamá dijo que susto me dio al decirme que la dejaste plantada, pensé que tú te ibas a casar y no habías ido.
Seguimos platicando, toda la mesa estaba muy atenta a ver que otras historias le habían tocado vivir a este amigo. Y que empieza a contar que unas personas fueron a contratarlo y a explicarle que el evento era en un rancho que estaba muy lejos, era un camino de terracería, pero que sí entraba su vagoneta, entonces cerraron el trato. “El día pactado me fui muy temprano para no tener problemas por la distancia que iba que tener que recorrer. Pues el croquis que me dieron no se entendía muy bien y me perdí en la mera sierra de Arteaga, no sabía para donde darle y no pasaba ningún carro como para preguntarle por la boda dichosa, en esa época no había celulares. Seguí el camino y encontré un pueblito más adelante, y en la tiendita de abarrotes había un letrero que tenían teléfono rural, entré a la tienda y estaba un señor y un joven sombrerudo, busque el número de teléfono en el contrato para comunicarme con los que me habían contratado y cuando me contestaron, a la persona que me contestó le expliqué lo que me estaba pasando, me dijo exactamente por donde irme, pero como yo hablo muy fuerte cuando hablo por teléfono, cuando terminé de hablar, se me paró enfrente el sombrerudo con cara de enojado, preguntándome ¿Cómo que vas a la boda de Pedro Fierro? Y le contesté pos si, y que se enoja más, pues no vas a ir porque él fue el desgraciado que me bajó a mi novia, pero yo que tengo que ver le dije, pues no sales de aquí de la tienda hasta que yo diga, ¡chingas ya valió!, no sabía qué hacer, total me esperé un rato y le mencioné que para que se metía en problemas que lo podían acusar de secuestro y eran muchos años de cárcel, pues estaba amachado de no dejarme ir, la verdad pues yo no soy bueno para los golpes, y que se metió el sombrerudo a la trastienda, y en eso que llega otro perdido, por suerte y como pude le platiqué el problema y por donde se debería de ir, se fue para la fiesta y llegaron varios a rescatarme, pero si pase aceite con este sombrerudo celoso”.
Hicimos un pausa en la plática, nos fuimos a servir otro refresco con piquetín, y le hice ver qué difícil es tener la responsabilidad de la música, porque a no todos les puede parecer bien las canciones que pones. Me dijo “si ya me pasó, pues estaba poniendo la música en unos quince años y al papá de la festejada no le pareció que hubiera puesto una canción que estaba muy de moda “la lambada” en aquella época, porque las niñas empezaron a bailar muy provocativas y no le gustó al papá de la festejada, total que ya no me quería pagar por haber puesto la canción brasileña, que les había sacado el espíritu teibolero a las niñas. Le dije que no tenía nada de malo, que en la televisión salía hasta en el programa de “Siempre en Domingo”, que no se molestara, pues estuvimos buen rato discutiendo, el señor argumentaba que eran una familia decente, que estaban presentando a su hija ante la sociedad y con la música esa daban muy mala imagen, hasta que lo calmó su esposa porque la quinceañera ya estaba llorando en un rincón”.
Por ultimo me contó que en muchas fiestas le habían tocado muchos pleitos por mil cosas, dijo yo la verdad solo trato de cuidar lo más que pueda los equipos para que no los usen de arma para golpear a los otros. “Sí me ha tocado ver que sacan hasta pistolas pero lo bueno que nunca me ha tocado que hayan disparado”. Comentó que cuando empiezan los pleitos, tiene la costumbre de detener la música inmediatamente, si no va a parecer como la música del Titanic, que el barco hundiéndose y la música toque y toque.
Al final de la fiesta me despedí de Carlos y de los demás que estaban en el bautizo, es bueno platicar con diferentes personas, no siempre con los mismos, ir a platicar con personas que casi nunca ves para oír otras platicas, eso busco cuando voy a las fiestas.Creo yo que eso es bueno.
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