Desde bellos desiertos comienza,
su singladura de miles de kilómetros.
Hacia donde alimentará la primaria despensa,
elevando en el camino los termómetros
Fuente de vida para selvas distantes,
he descubierto, y he visto algunas fotos.
Donde influye de manera constante,
e Impaciente, desde tiempos remotos.
Milenarios fondos marinos,
convertidos en eriales modestos.
Buscando nuevos caminos,
se suben a lomos de los vientos.
Viajando hacia tierras lejanas,
recorre con calma nuestro mundo.
Plomizo y horneado, provoca desganas,
y te toca en lo más profundo.
Los isleños la vemos llegar,
desde lejos, sin poderla evitar.
Resignados, lo que quiera tardar,
nuestras islas querer traspasar.
Aunque a veces provoque algún daño,
en las personas entradas ya en años,
nuevos somos en su sendero de antaño,
donde de seres humanos no había rebaños.
Cargada de ricos nutrientes,
se aleja y nos deja lo nuestro.
La naturaleza siempre enseña los dientes,
cargada de razones, por supuesto.
Al final es parte de nosotros y de nuestra continua espera,
y de tanto sufrirla la hemos cogido estima.
Por el mundo la nombran de varias maneras:
En África QIBLI en italia SIROCCO y en Canarias CALIMA.
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