Aguardando

En mi cuaderno de relatos siempre hubo una página en blanco aguardando por ti, por si el destino caprichoso se animaba a presentarnos.

Mi reloj atrasa cada día un instante, para darnos todo el tiempo del mundo por si fuese preciso.

A veces escucho ensayar al viejo piano una dulce melodía, de esas que hacen deslizarse como si volaras, para que pueda invitarte a bailar.

Alguien ha pedido a las estrellas que luzcan sus mejores galas solo para ti y para mi mientras que la luna cómplice y risueña nos contempla a ambos.

El mar ha consentido en amainar su bravura por un tiempo y regala de buen grado un cortejo de olas amigas, de esas sutiles, de esas que abrazan.

La brisa acaricia apenas la piel.

Las miradas se encuentran al fin.

Todo se detiene, todo es perfecto por un momento o quizá por toda una vida.

Sobran las palabras.

Lo que cuenta es que, amor que estabas por venir, por fin te he conocido.