VIDAS PASADAS

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                              Vidas pasadas                           Siglo  IX (Juliano) Escandinavia   

  Nací en el calendario Juliano, siglo IX. Se formo el año Juliano por un error de cálculo que tenía el calendario con el cómputo de los años bisiestos,  y se basaba en el movimiento del sol para medir el tiempo. Por aquellos entonces violaban  mucho a las mujeres cuando iban a lavar la ropa al lago. Naci de una violación, dejándome al nacer a las orillas del Lago Ladoga, también llamado Aldeigja. Por  aquellos entonces un pueblo de origen escandinavos hacían incursiones, adentrándose  por  tierra  hasta llegar al  lago Ladoga. Pasando  cerca  un comerciante que estaba dando un paseo por los alrededores y  sitiendo el llanto de un niño decidió mirar, confirmando que lloraba un bebe y viendo que no había nadie cerca, dándole pena por si algún animal cercano pudiera hacerle daño, lo cogió y decidió llevárselo con él.  Viendo  un grupo de personas que no les eran conocidas, acercándose y saludando se dio cuenta que no eran de por allí, pregunto si alguien había perdido un bebe, o sin alguien lo había abandonado. Una pareja joven, que habían intentado tener descendencia y no pudiendo  ella quedarse en estado, dijo que era su hija, los demás atónitos ya que sabían que no podía tener descendencia se callaron y confirmaron lo que ella dijo, decidió acogerme como hija suya. Sin darme cuenta me convertí en habitante de una pequeña colonia de vikingos. Mi  papa era o había sido hijo de un  conde  guerrero (hersir), muerto en batalla, en aquella época eran elegidos por el pueblo y estaban al servicio de los nobles (Holds  y  Jarls) y dirigían las grandes batallas.  Mi mama era la típica vikinga dedicada al control del hogar y de la empresa que teníamos cuando mi papa salía de viaje. Se dedicaba a todos los asuntos, para que a la vuelta de mi padre se encontrara  todo en orden y por  supuesto a mi cuidado, no siendo hija biológica, me sentía muy querida por toda la familia. Mi mama cada vez que podía me enseñaba todos los quehaceres  del  hogar. Decía, era para  que  un día  pudiera encontrar un gran marido, yo por el contrario cada vez que podía me escapaba para aprender a luchar. Me gustaba pelear con mis hachas de juguete y subirme a los arboles, recuerdo cuando llegaba mi padre de viaje, me gustaba recibirlo   desde  la  copa de un árbol, el me veía y se reía diciéndome “hay esta mi joya, más preciada de  mi   hogar”. Aquel grupo de guerreros germánicos   que habían estado andando varios días y noches decidieron  hacer  las cercanías del  lago  su  hogar, decidieron  dejar  las  armas  por  un  tiempo , para  convertirse   en comerciantes. Llegando a establecer relaciones de ese tipo con musulmanes y el imperio Bizantino  a  través  del  Volga  y  el  Dniéper  intercambiándolos  por  pieles, esclavos  y  miel, donde  se  les conocían  como parientes  de  los  Saqualiba.  Mientras crecía  recuerdo que me gustaba jugar a las guerras, recuerdo que con espadas de madera mi padre me enseñaba a pelear, aunque mis preferidas eran las hachas y la honda, recuerdo sus palabras  diciendo mi nombre  cuando quería darme una lección, Ondina  que significa (ninfa acuática de gran belleza que habitaba en ríos y lagos) fíjate bien en los movimientos de los pies, es muy importante, si miras los pies de tu contrincante  sabrás como moverte en la lucha, no pierdas sus ojos , porque veras  su ira   y  sabrás  si es un gran luchador, observa como lucha , porque conocerás  sus  puntos  débiles y  lo más  importante no te fíes de los mansos ,porque en ellos están los bravos. Fui creciendo convirtiéndome en una gran luchadora. Los jóvenes  del  pueblo  me miraban y  me decían, ¡niña ¡que rara eres, tendrías que estar en casa aprendiendo los quehaceres del hogar, para  casarte y  atender  a  tu  hombre. Un día de pronto  se  escucho el sonido  del  cuerno,(así  era  como llamaban a los hombres del pueblo para una asamblea). Jamás  volvió  a ser  lo que era antes, ni  imaginar  lo  que  nos  venía  después, nunca  volvió  la  paz, pues al  poco  tiempo dejaron de  ser comerciantes  para  volverse  guerreros, pues  volvieron  a  lo  bélico. Mi papa  era un gran luchador. El pueblo  lo voto como  conde (jarl) , como su padre  y  tuvo que ir a las batallas. Ya por aquel entonces yo era mayor, tuve  que  ayudar  a  mi  madre  con los  asuntos  del  hogar  y el  negocio. Pero  mi  ilusión  era ir  a  pelear, me  gustaba  ver partí  a todos  en  los  barcos, me  gustaba   ver   como  desaparecían  por  el  mar,  imaginaba  que  un  día  iría  yo  con mi  papa, cuidándolo , protegiéndolo a su lado. Pero mi mama decía que las mujeres se  quedaban   en la comarca. Después de mucho hablar con mi madre, la convencí diciéndole que así cuidaría de mi papa, volviendo sanos los dos. Mi mama  termino  por aceptar y convencer a mi padre y mi padre a los hombres del pueblo. Aceptando porque habían seguido mi formación desde temprana edad y era una de las guerreras mejor formadas del  pueblo. Mi  madre solo  puso  dos condiciones; la primera, que no me cortara las trenzas, solo me las recogiera  y  la segunda  era, que  teníamos  que  volver  los  dos  vivos. Yo acepte.  Echando los  barcos  a  tierra  y  transportándolos  hasta  el  Capio, donde  continuemos  el  saqueo  por la  región  Iraní de Gorgan  sin que  los  intentos  Persas  por rechazarnos  dieran  resultados. Estuve  en varias  batallas, pelee  codo  a  codo  con  mi  padre  y  con grandes  luchadores  vikingos. Conquistando  grandes  ciudades  y  capturando  esclavos  de  todas  las  edades. Estando  en  la  batalla  de  Beliakan, viendo que estaban a punto  de  atacar a  mi  padre, me  puse  delante del, sin  poder  evitar  que  me atacaran a mí . Esa  fue  la  vez  que  rompí  mi  promesa  hecha  a  mi  madre. Recuerdo como  gritaba  mi  padre, maldecía, lloraba, suplicaba. Yo  en  cambio  le  di  las gracias por acogerme y  por salvar  mi vida, dándole  un abrazo  y  acercándome al oído  le  dije, Por favor cuida de mama y dile que he sido muy feliz  siendo  su hija  y  que la quiero mucho, seguidamente cerré los ojos y me fui.

                                                               FIN


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