Vacaciones Largas

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Cuando tenía como 7 años nos cambiamos de casa, la razón fue que la anterior tenia demasiadas escaleras, y mi mamá se le hacia una tortura limpiarla, entonces mi papá vendió la casa de las escaleras y construyó una casa en un nuevo fraccionamiento, mi abuela materna o sea la suegra de mi papá, lo criticó en forma, diciéndole que había comprado el ultimo terreno de la ciudad y que ¿cómo se le ocurría llevar hasta allá a su hija?, ahora como son las cosas esa casa está muy céntrica y bien ubicada, pero el pleito estuvo tan bueno, que todavía me acuerdo.

Nos cambiamos a la Colonia República, una zona en que la mayoría de las familias tenía 4 hijos,  que estaban en la adolescencia como mis hermanos y yo, era entonces un lugar ideal para conocer gente de nuestra edad, con los que podíamos jugar y hacer todo tipo de travesuras, porque había muchos terrenos baldíos y muchas lugares a donde ir a explorar, las vacaciones largas eran de casi 3 meses, y teníamos tiempo de sobra para hacer las cosas que se nos ocurrieran.

Yo no era tan ingenioso como mi hermano para divertirnos, lo primero que hicimos cuando llegamos a la colonia fue ir a conocer a los vecinos que vivían en las casas alejadas, teníamos unas bicicletas que nos servía de medio de transporte y nos llevaban a todos lados. Empezamos a conocer a otros hijos de vecinos de nuestra edad, que tenían pensamientos más desarrollados para las travesuras, no cabe duda.

La primera travesura que me acuerdo que nunca la había pensado, o se me hubiera ocurrido, es hacer una pista de bicicletas en los grandes terrenos que había en la colonia, ya ve como son los constructores, habían dejado por todos lados montones de escombro que servían de rampas para saltar y crear lagos artificiales con el agua de lluvia que se acumulaba, antes era más abundante en la temporada de lluvias que ahora, las bicicletas no tenían tantos amortiguadores como las de ahora, solo tenían el asiento acolchonado y ya con eso era suficiente. De repente llegó un vecino con una bici con amortiguador en el mismo cuadro, se nos hacía la gran novedad, nos pasábamos toda la tarde recorriendo la pista hecha por nosotros mismos en los terrenos baldíos. Nadie nos decía nada, hacíamos competencias con los jóvenes de las otras colonias cercanas que también les gustaba andar en bici, se ponía el ambiente muy bueno.

Otra de las travesuras de aquella época  era que, en navidad, pedíamos que nos regalaran rifles de postas o de diábolos, para ir a cazar ratas a los drenajes que desembocaban al final de la colonia, mi hermano tenía un rifle muy bueno, que lo llamábamos de bombazos, lo que hacía era comprimir el aire, mientras más bombazos le dabas y se hacía un disparo muy potente. Le pudo comprar hasta una mira de telescopio que era muy precisa. Nos íbamos al final de los drenajes de la colonia y allí en la tarde casi para anochecer salían las ratas de la basura del drenaje y mi hermano les disparaba y casi siempre les daba, como estábamos matando algo feo y desagradable nadie nos decía nada, podíamos seguir matando ratas y todo el mundo contento.

Otra cosa que hacíamos era que recolectábamos hormigas, poníamos un frasco de vidrio, de mayonesa normalmente, en un lado del hormiguero lo enterrado que el borde quedara al ras del piso entonces las hormigas se caían dentro del frasco y un rato no muy largo se llenaba de hormigas, en el vidrio las hormigas no podían trepar entonces capturábamos muchísimas, después sacábamos el frasco de la tierra y cerrábamos con su tapa. Nos íbamos a la cochera de la casa y sacábamos una tina grande de metal, la llenábamos de agua y vaciábamos el frasco de hormigas en el agua y hacíamos remolinos en el agua para ver como las hormigas se veían en el desastre del remolino. Había que tener cuidado porque si te picaban ardía muchísimo. A veces también ponía pedazos de madera para ver cómo se trepaban las hormigas, como si fueran barcos según yo,el Titanic.

Jugábamos a las escondidas dentro del Ateneo, que es una preparatoria muy grande que está rodeada de algunas facultades universitarias, el terreno es de 800 metros por lado, entonces las búsquedas eran muy divertidas, tenía muchos pasillos que también servían para patinar o para jugar con los carritos que se llamaban avalanchas, los vigilantes siempre nos perseguían para regañarnos, pero nosotros corríamos y nos brincábamos la barda que no era muy alta, por el lado de los campos de béisbol.

Ir a las construcciones que estaban sin velador, a explorar. Algunas veces cuando las construcciones eran de dos pisos, nos subíamos al segundo piso y nos aventábamos a los montones de arena que estaban cerca de las ventanas, era divertido, claro los tenis se nos llenaban de arena por dentro y era cada 1 o 2 aventadas, quitárnoslos para sacar toda la arena que se nos había metido. En una ocasión estábamos aventándonos como ya les platiqué y un amigo no se atrevía a aventarse, entonces le dijo a Memo que lo aventara, y Memo le dijo sí que lo esperara solo porque se estaba sacudiendo los tenis, entonces este amigo parado en el pretil del hueco de la ventana, no supo que Memo ya lo iba a aventar y entonces al recibir el empujón y no estar preparado, se quiso agarrar de la pared y esto hizo que no cayera correctamente en el montón de arena y se sofocó, fue buen susto pero no paso a mayores, todo por falta de comunicación.

En las plazas jugábamos béisbol o cualquier deporte que estuviera de moda en la tele, por ejemplo si estaba la final de béisbol jugamos béisbol, si estaba en ese momento el mundial de futbol soccer jugábamos futbol soccer y así siempre estamos jugando a algo. Cuando jugábamos béisbol era de la forma veras que bateas y si te hacen el out te vas al cuadro a cachar, y si no te hacían out, seguías bateando sin problema, eso era más que nada que no nos completábamos para jugar un equipo contra otro.

Andábamos siempre en la calle, casi nunca nos quedábamos en la casa, creo yo que era más divertido que ahora, los niños solo se la pasan viendo la tele y jugando videojuegos en una consola o en el celular. Un día mi hermano le dijo a mi mamá que si le compraba unos zapatos de salir, y mi mamá le contesto te debería comprar zapatos de entrar porque no sales de la calle. Jajajajajaja .La verdad si éramos muy vagos pero creo que era lo mejor, hacíamos muchas cosas diferentes cada día, ¡muchas ocurrencias de niño!

 


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