Estaba andando por la calle de sus abuelos, pasaba por allí de vez en cuando pero este día no iba a ser un día normal. Al mirar hacia el quinto piso de su abuela vio como su abuelo se asomaba y se tiraba desde la ventana desplomándose en el suelo pero ¿qué está pasando?, su abuelo ya estaba muerto ¿cómo podía estar ahí?
De repente se da cuenta de que su abuela está a su lado y le dice soltando una risa... estaba deseando morirse
Ella no para de llorar... ¿Por qué?
Ella quiere ir al hospital pero nadie le dice nada
Dos familiares la distraen cuando en unos segundos se ve hundida en una cama escuchando el ruido de un despertador..
¡Menos mal que era un sueño!.- dice y se levanta sonriente y feliz con una sensación extraña al sentir que su abuelo no se había muerto porque era un sueño!!
Aunque después le llega la desilusión de darse cuenta que murió hace 17 años y no puede hacer nada.
El darse cuenta de que es un sueño es un alivio pero lo duro viene después cuando tú realidad no se parece al sueño y efectivamente ya lo perdiste, se fue hace muchos años pero tú aun lo recuerdas como si fuera ayer.
Es un sabor agridulce que por un instante te hace sentir que todo va perfectamente bien.
La vida es un instante entre dos eternidades
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