Un diario personal es, o solía ser antes de la era Facebook, un cuaderno con aspiraciones de libro en donde se escriben cosas privadas que solamente serán leídas por el mismo que las escribe, pueden ser experiencias de vida, o ajenas que hayan causado asombro, reflexiones, sentimientos, propósitos, retos, alguna maldad hecha o recibida, etc.. pensamientos, cosas que son muy íntimas, escritas en primera persona.
Los diarios son casi siempre escritos en la adolescencia, cuando más cambios emocionales se están gestando en la vida de la persona, tus pensamientos tienes que plasmarlos para después analizarlos detenidamente y para poder desahogar todas las vivencias, comprenderlas.
El otro día platicando con una sobrina que me comentó que estaba escribiendo un diario, le pregunté antes de decirme que estaba escribiéndolo, de cómo le estaba yendo en la escuela, ella me hizo una reseña en dos minutos como es la costumbre, lo clásico cuando te encuentras con una persona que tienes tiempo sin verla y te pregunta ¿cómo te ha ido? , pero lo más raro de todo, le pregunté ¿lo me dijiste de tu vida también está eso en el diario? Y volteando los ojos así arriba y a la derecha, y moviendo el pie derecho rápidamente como baterista, me dijo: la verdad no. Te pregunté eso, le dije, porque a mí ya me había pasado, que muchas veces lo importante de la vida no crees que se va a convertir en lo más relevante, es algo raro, una persona se fija en las cosas pequeñas y no en las que realmente hicieron que cambiara su destino, las decisiones que fuiste tomando para llegar a donde estás, escribiste en el diario cosas malas que te suceden pero lo bueno que ocurre no lo consideras importante hasta después.
En el diario de Ana Frank , una alemana judía que durante la Segunda Guerra estuvo escondida en un casa abandonada junto con su familia y más personas judías, es un libro que no buscaba intenciones literarias, está escrito por una jovencita de 14 años, quien narra los dos años que estuvieron ocultos de los nazis, por los textos y las frases escritas, ella era inteligente, todos sabemos en dónde termina, todos sabemos cuándo termina con la muerte de Ana, qué es lo que estaba viviendo y los peligros que corría, pero a pesar de todo se ha traducido a 70 idiomas este libro y ha sido un éxito enorme. El lector lo que quiere es empatizar con los sufrimientos y problemas de estar en el refugio, escondido. Lo que se busca al leer este diario es ponerse en la situación del ser humano, cómo reacciona ante las amenazas graves, como lo han vivido desde su perspectiva. Cuando leemos nos ponemos en los zapatos del personaje principal, para entenderlo y conocer porque actuó de cierta manera ante los peligros que la amenazaban.
En los diarios personales, hago la aclaración porque también a los periódicos se les llaman diarios, podemos hacer dibujos para ilustrar mejor lo que pensamos, pegar fotografías decoradas, manualidades que se ocurran para hacer más personal el libro, recortes de revistas o periódicos, cartas y tarjetas postales para enriquecerlo, recetas de cocina, es algo que acepta todo tipo de comentarios, sentimientos que no deseamos, las dietas que nos proponemos, las fechas que fueron importante o trascendentes, etc. sería bueno recomendar a los jóvenes desde los 9 años que empiecen sus diarios personales para fomentar la escritura, la organización de las ideas y la creatividad.
Al platicar con una amiga que trabaja en un internado de niños, niñas, jóvenes y jovencitas que fueron recogidos por problemas de los padres, me comentó que ellos tienen la costumbre de darles cuadernos y plumas a los adolescentes para que se desahoguen de todos los problemas que están sufriendo, dijo que era muy buena estrategia para que ellos se desahoguen de cosas que los aquejan y que puedan sentirse más tranquilos. Ellos no le llaman diarios, le llaman epistolares. Los adolescentes no se dan cuenta que los maestros pueden revisar lo que escribieron con la discreción absoluta de no darlo a conocer, para saber qué es lo que pasa por la cabeza de cada uno de los muchachos. Me comenta que algunas veces escriben que le tienen coraje a cierta maestra o directivo pero eso cree mi amiga es normal como en cualquier lugar, los jefes o los que imponen la disciplina no siempre son muy queridos en el momento, después lo agradecen.
Los diarios personales deben estar en un lugar seguro y privado, para tener la tranquilidad que lo escribimos en diferentes sucesos no va a ser motivo de burlas o choteo, porque si no se pierde el impulso de querer plasmar los pensamientos o los textos, se debe tener respeto absoluto a los diarios de cada quien, porque lo escrito tiene un alto nivel como factor que influyó en escribir de tal o cual manera.
Los diarios pueden ser de viajes, en los que se describe cada momento de la travesía, se puede tener más detallado y analizado cada lugar del viaje para recordarlo posteriormente, casi como un álbum de fotografías. Las canciones o frases del viaje que van ejerciendo alguna reflexión o pensamiento creativo en un momento determinado, se plasma en los escritos íntimos del diario, junto con las caricaturas o memes que nos hacen sonreír durante el día.
Los diarios deben de ser de puño y letra, porque en forma digital como que es más frio o impersonal, se antoja más escribir y tener errores ortográficos, pero hacerlo de forma espontánea sin corregir. Los diarios se pueden empezar en cualquier momento de la vida no precisamente como el primero de enero o día de cumpleaños. Se puede forrar con papel o tela para que este más bonito y personalizado.
En la película inglesa el diario de Bridget Jones, ella va narrando lo que le sucede con su jefe que la acosa, con sus múltiples dietas que necesitan comidas muy elaboradas que no sabe hacer, la convivencia con su madre que le desespera, los momentos chuscos que le van sucediendo en el trascurso de su vida, su vida cuando se torna aburrida y no tiene con quien salir, hasta los encuentros con el que ella cree su media naranja con la sobriedad de los ingleses.
Los diarios deben de tener momentos de agradecimiento para valorar lo que realmente tenemos y que si ello no fuera lo mismo nuestra vida. Agradecer es algo que no te empobrece pero a la vez te hace mejor persona, porque estás haciendo pausas en el camino para reconocerle a los demás lo que te van ayudando o brindando en su apoyo.
Y como dijo alguna vez Oscar Wilde, el misterio final es uno mismo, somos misterio para nosotros mismos y para los demás, y cuando ya no estemos y nuestro diario caiga en manos de nuestros seres queridos o de algún curioso, tendrá una ventana viva a lo que fue nuestra existencia, pudiendo así quizá comprenderla un poco más de lo que nosotros viviéndola.
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