La Historia de Pilar y Carlos - Un Hombre Llamado "A" (2/6)
Por DanielASV
Enviado el 04/11/2022, clasificado en Adultos / eróticos
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La pregunta estaba hecha, podía decir que no, que había inventado una excusa, lo que la haría quedar como una mujer infiel y a su esposo como un marido engañado, o podía decirle que no había tenido problemas porque su esposo siempre supo donde estuvo y lo que estaba haciendo, lo que no sabía cómo tomaría, era un riesgo muy grande que fuera hablando por ahí, pero si aparentemente no había contado su encuentro, no veía porque tendría que hacerlo ahora.
Pensándolo bien, aún quedaba otro secreto por revelar, A no sabía que Carlos había sido espectador de la mayor parte del encuentro y tampoco estaba segura de confesarlo.
No hubo problemas, mi esposo sabía que había viajado y le avisé que me quedaba a pasar la noche ¿Sola? Como ya sabes, no estuve sola ¿Y qué le dijiste a tu esposo? La verdad, dijo al fin con cierto fastidio ¿Qué estabas conmigo? Si
Listo, una palabra, dos letras y la primera confesión hecha, ahora esperaba un aluvión de preguntas que no se sentía especialmente tentada a responder
Ah ¿Solo ah? ¿Qué más puedo decir Pilar?, lo que ocurre entre tu esposo y tu es cosa de ustedes
Esa respuesta la desarmó completamente, era raro que una persona refrenara la natural curiosidad ante estos temas, pero lo agradecía.
Mi esposo y yo tenemos una relación especial, empezó a contar, tenemos cierta libertad para este tipo de cosas Entonces, ¿tú fuiste a mi hotel sabiendo lo que pasaría? Claro que no, sabía que te atraigo, pero quizá solo fui para provocar, no se explicarme bien Te entiendo, pero si antes de venir ya habías avisado a tu esposo… Solo sabía del viaje y que nos veríamos, nada más, lo otro se lo comuniqué por teléfono. ¿Y aceptó sin más? Si, nos tenemos mucha confianza Vaya que es mucha, mi esposa nunca lo hubiera permitido ¿Eres casado? Pilar se daba cuenta que nunca lo había preguntado Divorciado
Un silencio incómodo llenó las ondas de internet que los conectaba, a tal punto que Pilar pensó que se había perdido la comunicación, pero no era así.
Entonces, si tu esposo sabe de esto, ¿puedo preguntar algo? Claro, diferente es que te vaya a contestar Entendido, por lo que me has dicho, creo entender que no ha sido la única vez que suceden cosas así No Siempre con el conocimiento y aceptación de tu esposo Siempre, algunas veces hemos ido un poco más allá ¿Cómo? Algunas veces él me ha acompañado ¿Te llevó? No solo eso, a veces se queda con nosotros No sé qué decir, no quiero ofenderte A estas alturas, pregunta lo que quieras ¿Hacen tríos? No, mi esposo tiene el gusto de verme con ellos Ah, no sé si sería capaz de eso ¿Ver a tu esposa con otro? No, no, hacerlo mientras alguien me observa Bueno si claro, casi siempre avisamos eso previamente ¿Casi siempre?
Ahí vamos, ya no había salida más que decirlo todo
Si, casi siempre ¿A alguien no le advertiste? Si, a ti, la respuesta que quiso ser fría, se hizo casi cómica al ver el rostro de A en la pantalla ¿Tu esposo estaba ahí? Sabes bien que no, la habitación era tuya y llegué contigo ¿Entonces? En algún momento hice una video llamada, y la dejé encendida
Otro momento de incómodo silencio, Pilar abrazaba sus piernas, como escondiéndose tras ellas y veía a A que parecía tan incómodo como ella.
Me has cogido por sorpresa, dijo al fin Lo sé y me disculpo, fue una locura que se me ocurrió No te preocupes, al menos creo que hice un buen papel, dijo recuperando el buen humor Lo pasamos bien, si Cuando dices lo pasamos, te refieres a nosotros dos, o a ti y tu esposo. Los tres en todo caso. Ok, me has sorprendido con lo que me cuentas, ahora debo irme y tú también, ya casi debe estar amaneciendo Sí, no me di cuenta, me pasas los correos, dijo, volviendo al ámbito profesional Claro, los tendrás ahí, sólo una cosa más ¿Qué? Lo justo sería que ahora me dejaras mirar a mí, dijo riendo Estúpido, fue toda la respuesta y corto antes que se le escapara la risa.
Las charlas nocturnas se hicieron algo más frecuentes, algunas sin motivo laboral real, A estaba en su oficina y Pilar llegaba a provocar a veces con algún comentario o con la bata abriéndose de casualidad, mostrando parte de sus piernas.
Alguna de sus noches de juegos con su esposo, donde había sexo, pero a veces también largas charlas sobre fantasías, deseos o imposibles, Pilar le contó las confesiones hechas a A sobre esa noche en la capital y la propuesta hecha por el a modo de juego y que nunca más había repetido.
¿Crees que lo dijo en serio?, preguntó Carlos No lo sé, ¿Quieres que le pregunte? ¿Te atreverías? Ay amor, hemos hecho tantas cosas, que ya no me parece tan loco Sería una novedad para mí, pero creo que podríamos intentarlo, si nos sentimos incomodos, cortamos la llamada y listo. Tienes razón, si vuelve a mencionarlo, se lo diré.
La siguiente “reunión de trabajo” de madrugada, el trabajo se había terminado en 5 minutos, pero prolongaron la charla.
Siempre recuerdo esos momentos que pasamos Me imagino, fue la escueta respuesta Tu cuerpo es una delicia de ver ¿Te gustaría verlo otra vez? ¿Cómo?, contestó A, con la voz ahogada Tranquilo, no digo que ahora ¿Entonces? No sé, ya veremos Pilar, ¿tu esposo? Sí, con él Pero… Tu dime si o no Si Ok, ya te avisaré
Definitivamente, la posibilidad de esta nueva aventura avivaba la llama entre Pilar y Carlos, imaginando durante sus sesiones de sexo como se llevaría a cabo ese encuentro virtual. En sus ratos de calma, con sus ansias saciadas, planeaban más fríamente el encuentro.
Yo creo que deberíamos salir de casa, no quiero que los muchachos sospechen algo, dijo Carlos Tienes razón, quizá planifiquemos un viaje de fin de semana para descansar No es mala idea, podemos salir un viernes en la tarde y regresar el domingo o lunes temprano. Quedaríamos con A para el sábado. Solo queda que fijemos la fecha ¿El fin de semana que viene te parece?, dijo Pilar Si tu estas dispuesta, yo también mi amor Ok, en la próxima reunión se lo diré.
Los días pasaban y por alguna extraña razón o coincidencia, A no convocaba a ninguna reunión madrugadora, incluso Pilar llegó a pensar que la confesión de lo hecho había provocado que perdiera interés, sin embargo, al fin llegó la invitación a la reunión y sonriendo pensando que pasaría, era miércoles y según los planes debían salir el viernes.
Continuará.
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