Conscientemente inconsciente

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Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
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Dos personas cuyos caminos apuntaban en direcciones opuestas partiendo de una amistad, por caprichos del destino acabaron conociendo sus mundos.

Llegaron a conocerse a niveles inexplicables, una simple mirada, cualquier gesto era suficiente para ambos como para saber en cuestión de segundos lo que pasaba por sus cabezas.

Sabían que tenían una conexión especial, sabían el amor que se tenían el uno al otro, solo había que ver la forma en la que se miraban.

Pero no era suficiente, algunas veces el amor no basta para estar con alguien sea de la forma que sea.

Mentalmente no estaban al mismo nivel, él pasaba por una depresión causada por su anterior relación y ella estaba viviendo una de las situaciones menos deseables, su madre tenía cáncer.

Sabéis esa frase que dice: Personas correctas pero no el momento.

Eso era por lo que estaban pasando.

Ella necesitaba simplemente un pequeño escalón más, después de 9 meses estaba en todo su derecho, pero para él no era suficiente, necesitaba más tiempo.

Él mentalmente no estaba preparado, la depresión formaba parte de él y le impedía darle su 100% a ella.

Ella por mucho que tuviese que llevar una situación de tal envergadura a sus espaldas estaba dispuesta a darle su 100%.

Por eso tuvieron que tomar caminos separados, ninguno quería, pero ella tampoco podía vivir con la esperanza de que algún día él fuese capaz de subir dicho escalón. 

Fue una de las decisiones más duras de su vida, esa noche sintió como algo dentro de ella desaparecía, no sabía siquiera que hubiese algo, simplemente supo de su existencia en el momento que se despidieron.

Era triste, porque de verdad que su amor era tan puro, los dos querían lo mejor para el otro y por eso él respetó su decisión.

Fue un amor correspondido pero no compartido.

 

Triste, demasiado triste, que alguien te admita que te quiere con locura pero que con todo el dolor del mundo te diga también que no está preparado para avanzar, por muy pequeño que pueda llegar a ser el paso a  dar.

 

Desde el rencor:

Me regalaste los oídos, juntaste las piezas rotas de mi puzle, despertando en mí un amor  puro y sincero para que luego salgas por la puerta, volviendo a destruir aquel puzle que con tanto esfuerzo conseguí juntar.

Injusto es el destino y a él le pido que porfavor me haga saber si hice lo correcto alejándome o quizás me hubiese merecido la pena dejarlo todo como estaba y mantener la esperanza de que algún día me miraría a los ojos y me dijera: Tania te quiero como a nadie en el mundo.

Innumerable las veces que esa idílica situación consiguió colarse dentro de mi imaginación.

Si os soy sincera aquella conversación que tuvimos, en el fondo sabía como iba acabar, yo sabía que no estaba bien, tonta de mí por pensar que el amor podría vencerlo.


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