Cuando se apague la luz

Sucederá, está escrito. A lo mejor hoy, mañana, pasado, en unos meses, años... Es irrelevante. Nunca avisa, llega de sorpresa; inspira miedo con solo nombrarla; no distingue la condición económica. La luz se apagará.

El tiempo se interrumpirá. Se contemplará la oscuridad en su máximo apogeo. Sin retroceso. Es hora de descansar y aceptar.

El tiempo ha llegado, la religión y las creencias perderán valor. El descanso eterno conformará una nueva realidad y la soledad originará una gran satisfacción.

Cuando se apague la luz, jamás se encenderá de nuevo. Una luz encendida se quema cuando su utilidad ha expirado. ¿Para qué cambiarla, si es hora de partir? Apagada permanecerá, es un hecho inalterable.