Quería contarme algo importante. Yo desconocía de que se trataba. Pero su expresión facial me daba algunos indicios. La tensión en el ambiente incrementaba, nuestras miradas se cruzaban estableciendo una conexión particular. La ansiedad comenzó a sacudir mi paciencia y la angustia cuestionaba mi estabilidad mental, pero reuní fuerzas y le pregunté.
"¿Qué sucede? ¿Pasó algo malo?" Le dije.
"Ya me tengo que ir. Te quiero mucho. Gracias." Respondió sin titubear.
"¿Pero cómo? Estoy confundido." Le comenté un tanto desanimado.
"La decisión está tomada. Igualmente, gracias por todo, te llevaré en mi corazón siempre." Ella dijo y se fue sin decir una palabra más.
Ella apagó la luz de su vida. Nada más que agregar. Siempre la recordaré. Mis pensamientos serán dedicados para ella. Esos besos y caricias serán parte de mí. Sé que pronto la veré, te amo de aquí al fin del mundo, como solía decirte... Adiós.
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