Eligió la fantasía

Ella solamente apreciaba sus rasgos perfectos. Disfrutaba dirigir su mirada directamente hacia el cuando se encontraba distraído. Le causaba un placer incomprensible que su imaginación consistía en fantasías donde él era su mayor felicidad. No se explicaba por qué la hacía comportarse de esa manera. A lo mejor estaba locamente enamorada y no se atrevía a enfrentarlo. El miedo y la duda reducían sus posibilidades de acercarse. A fin de cuentas, ella prefirió seguir pensando en que hubiera pasado si reunía valor y le hablaba al susodicho, pero no, prefirió hacer caso a sus ideas absurdas sin fundamento lógico y vivir gastando energías en fantasías por la eternidad.