Denunciar relato
Presentimos
el deseo de juventud,
siempre ahí,
recurrente en las crisis.
Llega,
lo abonamos, nos felicitamos,
y proseguimos con un afán mayúsculo.
Nos sentimos afortunados
por cuanto realizamos.
Es todo, es mucho, es más.
Nos tocamos.
Erizamos nuestro universo
con anhelos cumplidos.
Alcanzamos la dicha
con gratitud y querencia
a lo que somos, a lo que hacemos
a lo que suponemos,
a la vida.
Mucha fortuna siento.
Juan T.
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