Juntos hasta el final (parte 2)

Un balde de agua fría en el momento menos oportuno. Tania no hacía más que preguntarse la causa de esta pesadilla. Con Marcos ya recuperado de vuelta al hogar, ambos sabían cuan drástico el cambio sería de ahora en adelante. Marcos cabizbajo, decepcionado, le explica a Tania que nada volverá a ser como antes. Entre lágrimas, ambos se abrazan, se miran a los ojos y ella lo invita a no rendirse, y que van a luchar juntos para superar esto.

Saben que su felicidad nunca será truncada, todo seguirá con normalidad. Pero él insiste que ya no podrá hacer las cosas que disfrutaba ni trabajar. Se encierra en sí, deja a Tania hablando sola y se fue caminando directo a la cama para procesar el cambio que vendría. Ella rechaza su actitud negativa e intenta con palabras de aliento levantarlo de ahí, pero le es difícil a la primera.

Sin bajar los brazos, lo motiva diciéndole que luche hasta el final y desestimar el pronóstico que les dio el doctor, pues pudo haberse equivocado. En principio, Marcos cedió ante la insistencia de su amada, pero le pidió que también le ayudara a cumplir algunos deseos antes de partir, si es que llegara a pasar: Visitar a sus mejores amigos, ver la tumba de su madre, salir de caminata sin rumbo, traspasar sus posesiones materiales a ella y adoptar un perro.

Pasaron un par de días y la salud de Marcos iba en descenso, cada día se le notaba el desinterés de vivir y así lo reflejaba el semblante depresivo. Pero, a pesar de ello, él sacó fuerzas donde no había para cumplir sus últimos deseos e irse satisfecho de este mundo. Sin embargo, ese último intento le provocó un desvanecimiento fatal cuando se dirigía hacia la cocina por un vaso de agua y rápidamente fue llevado al hospital. Todo indicaba que ya era hora.

El doctor le dice a Tania que ahora solo queda esperar el fallecimiento natural y le permite entrar a la sala para pasar sus últimos momentos juntos. Ella saca la agenda de Marcos, la abre y le susurra al oído que, durante el tiempo que él estuvo internado hace semanas atrás, había pasado horas escribiendo la historia de ambos desde que se conocieron hace 10 años. Comenzó a decirle sobre aquella tarde en la universidad que de pura casualidad llevaron un curso juntos.

Recuerda cómo él siempre buscaba excusas para hablarle y salir con ella. Hubo química de inmediato y ambos no paraban de verse uno a otro. El flechazo de amor fue instantáneo. Y además, le dijo si recordaba la promesa que hicieron; sin importar las circunstancias o las adversidades, nunca dejarían de amarse. Marcos escuchaba atento y soltaba algunas lágrimas de alegría. Le pedía a ella que lo abrazara y le prometiera algo; que fuera feliz sin él.

Esas palabras la conmovieron tanto que sonrió de oreja a oreja y las lágrimas caían como una cascada de agua. No obstante, continuó contándole que si recordaba cuando ella enfermó de covid y él la cuidó día y noche, e incluso ajustó sus horas de trabajo para estar con ella en casa y encargarse de que se mejorara. Tania acarició su cabeza y con una sonrisa triste sabe que queda poco. Es la última conversación que tendrán y antes de que suceda, Ella le termina diciendo que jamás de los jamases dejará de pensar en él, ya que es su amor platónico e inspiración y vivirá en su corazón por siempre.

Llegó la hora, Marcos cerró sus ojos lentamente, fue la señal, el descanso ha llegado. Tania, en un intento por hablarle, le dice cuánto lo ama, le da un beso apasionado y se aferra a él queriendo no soltarlo nunca. Todo terminó, él no pudo cumplir sus últimos deseos, a pesar de ello, logró pasar sus últimos momentos de felicidad en compañía de su amada y morir en paz.