Porno drama comedia (I) - Putas fail (parte I)

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Porno drama comedia (I) - Putas fail

Apreciado lector.

Inicio esta modalidad de escritos sin una expectativa en particular más que compartir breves fragmentos de mi historia con las que un tercero tal vez podría sentirse identificado y pudiese orientarse en tales situaciones o mejor aún, hallase un camino alterno para construir una nueva realidad. Ignoro si con este relato se masturbará, se reirá, lo aborrecerá o simplemente pasará de largo por estar en busca de anécdotas más estimulantes. Sin más que añadir, doy comienzo.

Arrimaba diciembre de 20XX y por aquel entonces yo llegaba al fin de semana estallado hasta la madre de oficio, hacía poco me había graduado como ingeniero y me estaban dando caña en mi primer laburo, una suerte de empresa sanguijuela que me chupaba la vida de lunes a sábado.

«Así se inicia uno en la vida» me decía como consuelo y dogma para justificar todos los valores industriosos que a la larga solo tienen relevancia para una empresa si monetizan o representan un ahorro para sus arcas. Con el ocaso aproximándose, paga quincenal mínima, sin novia, una vida social en decadencia cuyo camarada más cercano era mi compañero de oficina al que cada dos días sorprendía buscando putas en línea; era de esperarse que me animase a imitarle en la búsqueda de alivio a los placeres de la carne.

«Lo necesito» pensaba cuando comía un plato de frijoles como almuerzo aquel sábado a las cuatro de la tarde, mientras revisaba el catálogo web de perras en el móvil; - ¡Ésta es la propia, papi! Dije de pronto. El perfil contenía diez fotos en las que se podía apreciar una chica de piel blanca y buena estatura, cuyo cuerpo apenas estaba adornado por lencería roja de encaje y una que otra correa de dominación, cabello rubio teñido liso el cual le llegaba hasta la cadera, culo parado sustentado por unas piernas fornidas cual yegua paso fino, rasgos delicados y rematados por unos ojos verde claros tan bellos como para chuparle esas tetas operaditas; básicamente, la clásica puta cafetera imitación de gringa o europea, aunque para sorpresa mía, con una tarifa bastante accesible.

- Hola ¿Qué servicios ofreces? Escribí en mensaje rápido de Wp.

Hola amor soy Hellen - mi servicio tiene un valor de 60+10 de habitación la hora, incluye: sexo oral con preservativo - sexo vaginal - caricias y una ducha caliente - Las posiciones que desees Domicilios Amanecidas Adicionales - Oral sin preservativo Tríos - Fetiches...

- Podemos vernos en el bar que está ubicado en la esquina de la plaza. Escribió ella culminando el mensaje predeterminado.

Ni tonto ni perezoso, aunque carente de experiencia en el mundo putil me arrojé a la voluntad de Dios para cruzar las puertas del universo de los servicios sexuales.

-¿Estas disponible a las seis? Pregunté para ultimar detalles.

- Dale mi amor, allí estaré.

Fui rápidamente a casa para alistarme, aprovisionarme de forros y asearme, el deseo de semejante puta tan barata me envenenaba la mente como si se tratase de un negocio en el que no podía perder, se me hacía agua la boca y la verga; hecha un salame de piedra por la excitación, segregaba babaza por chorros. «Cuando vea a esa hembra me voy a quitar toda la ropa y la voy a someter a punta de trola, quiero sentir sus dientes en el falo mientras se atraganta con mi carne en su garganta, luego quiero que me cabalgue y mientras lo hace me cachetee la cara con ese par de melones que tiene como tetas ¡Jueputa que rico! poner a esa bandida a que me haga un rimming en todo el orto, con lo barata que esta le puedo pedir varios adicionales y experimentar» Pensaba; mientras reunía algo más de doscientas papeletas, las cuales cubrirían el servicio más los adicionales que pediría, transportes, algo de comida para después y un monto adicional para cualquier imprevisto que surgiese.

Como todo un héroe; si es que se me puede considerar como tal, salí de casa bien arreglado, subí al metro con la mente arrecha y preparada para la batalla, mi concentración era tal que apenas advertía el bulto que se me formaba en el pantalón y que no pasaba desapercibido para los pasajeros en el vagón del tren; llegué a mi destino quince minutos antes de la hora acordada, me senté en la barra del bar con una cerveza. El antro era oscuro y la gente allí no tenía muy buen aspecto, sin embargo, había buena música a mi parecer.

«Nada que llega esta hembra» pensaba consultando mi reloj cada tanto, la impaciencia me estaba jodiendo y mi verga no me permitía pensar con claridad. Seis y quince minutos; no había rastro de la forajida.

Le escribí por Wp para preguntarle donde estaba, el deseo me carcomía, pero el instinto me susurraba con una voz débil que algo estaba mal «¿Y si me hace una encerrona?, ¿Qué tal si llega con varios tipos a robarme?, ¿Por qué mierdas terminé viniendo sólo y sin avisarle a nadie? Voy a ir a verme con una puta mi hermano, cuídame la espalda ¿Cómo si fuese una aventura en que alguien se ofreciera como cómplice? Todos juzgan a los puteros; hasta yo fastidio a mi compañero de trabajo por pagar por coños y heme aquí sentado, a punto de pagar por uno» pensaba mientras un ligero malestar estomacal asomaba; cochinos frijoles.

Mi bolsillo vibró al ritmo de Radiohead; por aquella época tenía un ringtone muy ruidoso en mi móvil, era una canción de esa banda; la llamada provenía de un número desconocido, de seguro era ella. «Maldita sea si no es lo uno es lo otro, mi estómago me va a matar». Silencié el celular y lo guardé en mi bolsillo, no me iba a meter en una corrida enfermo y con una puta que no era capaz de ser puntual; entonces me envalentoné, me puse de pie para irme del bar solo para terminar de joderme al darme vuelta a la barra y quedar frente a frente con una mujer bastante alta y rubia con lentes de sol ideales para la noche y cuya ropa la hacía lucir como si hubiese dormido debajo de un puente, no sabía si me aterraba más el olor a maría que desprendía de la chaqueta o su aliento a cerveza, el cual me tragué de lleno cuando me tiró un beso directo a la boca como saludo. Que horror.

- ¿Entonces que rey, vamos? Me preguntó Hellen con dificultad para hablar, sin duda estaba ebria.

«Me rastreó por él estruendo que hizo el móvil, de seguro estaba aquí antes y no lo advertí, ni modo» pensaba, aún tenía la palanca tiesa y parte de mi mente intentaba dar con un baño.

- Chica quedamos de vernos a las seis, mira la hora, yo solo puedo hasta las siete, solo te voy a pagar media hora. Le dije como para zafarme del asunto o tan siquiera para hundir la picha e irme por un menor costo; en aquella época adquirí la mala costumbre de intentar ganar en todo sin siquiera advertir lo mucho que podría perder.

- ¡Pues ni mierda rey! Nosotros quedamos que era una hora. Exclamó a gritos esa jodida loca, de repente tenía encima los ojos de todos en el bar; miradas no muy agradables, ella tenía ventaja de campo.

- Hagamos algo, yo solo puedo hasta esa hora, pero te doy cincuenta ¿De acuerdo? Le dije tratando de conciliar. Mi deseo aún en efervescencia por las fantasías que me hice en mente cuando planeaba la culeada que le iba a meter a esa fémina me decían que le diera una oportunidad, aún cuando mi vientre me fulminaba a patadas y rogaba con despero que fuese a un baño.

- ¡Vamos papi! Dijo, dejando escapar de su boca el aliento olor a pola.

 

Continúa.


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