Sin duda él abeto no es el símbolo de la ciudad de Nazaret, ni siquiera está nombrado entre las especias de la flora de la zona. Sin embargo, los cristianos lo asocian con la Navidad.
Será por las costumbres de regalar tanto cómo los magos regalaron cosas al bebé Jesús.
Las tradiciones se confunden, haciendo de una puro religiosa, una medio laica, con el Papa Noel, que viene del Polo Norte ( los magos eran de Oriente). Es verdad que, por ser magos podrían tomar cualquier forma, incluso de un anciano gordo , pero ellos eran tres no uno ayudado de un montón de criaturas.
Sea lo que sea, quién no se ha quedado boca abierta delante de un gran árbol bien adornado?
Cada año hay concurso cuál es el más grande, más poblado (con más ramas) y más bonito.
Recuerdo las bolitas, los caramelos (que nunca quedaban hasta recoger el árbol, siendo la alegría de comerlas y dejar sólo el envoltorio colgado), el algodón que lo hacía parecer nevado y todos los adornos que lo “vestían”.
Pero sobre todo, los regalos.
La gran polémica sería la diferencia que el Papa Noel hace entre los niños: los regalos son conforme con la situación económica de la familia proveniente.
Por lo visto, el desequilibrio social se nota hasta en la fiesta más esperada y más celebrada en todo el mundo.
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