Hoy, mientras salí a fumar un cigarro tuve un momento de reflexión. Era un momento sórdido donde ni el tiempo ni el espacio existían, donde no había ruido ni viento en esta ciudad tan ruidosa y en constante movimiento, pero… que pasaba?
Por primera vez en mucho tiempo, tuve un sentimiento de vacío en mi interior, un momento donde ni yo podía explicarme que estaba pasando en mi mente, una fumada y el humo me decía que algo me faltaba, era esa cucharada de azúcar que siempre me daban sus palabras, su constante ternura hoy no estaba y era frustrante ver que hoy, ella debía tratarme como uno más de su mundo.
Quien ere ella? Pues en meses anteriores no era nadie, pero en poco tiempo se volvió importante para mi vida, y era ese elemento necesario para que mis días tuvieran luz, se trasformó en la luna de cada noche y era esa luz en las noches donde yo podía ver su cara en lo alto, la luna era de ella o solo yo la idealicé de esa manera? No lo sé pero por mucho tiempo no sentía ese hueco que solo llenaba alguien.
Por mucho tiempo jugué en este juego y gané, incontables veces la clave del juego era no ser más ni dar más de lo debido pero, esta vez al parecer he perdido. No es queja pues, jamás podría reprocharle nada. Siempre lleno mis días de inmensa alegría y hoy que no sentí tenerla, fue una daga helada atravesando mi alma.
Es curioso como las relaciones prohibidas son a veces las que más nos marcan y yo, toda mi vida he sorteado mi suerte en relaciones peligrosas. Lo fortuito de la prohibido, lo necesario de ser ese quien es más que nadie en medio de un triángulo donde la comparación no era necesaria pero siempre era reconfortante.
Sin embargo hoy sentí el no tenerla, el no ser de ella ni ella de mí, no debería sorprenderme pues las reglas eran completamente claras, ella es de su esposo antes de cualquier cosa, ella es de su familia como yo soy de la mía, pero sin embargo siento el anhelo de su presencia.
Como acostumbrarse a algo que te hace bien tanto que cuando no lo tienes sufres? Es acaso el delirio de la ansiedad a una adicción. Quién podría decirlo?
Una fumada más u no siento el humo salir de mi cuerpo, siento que ella es tan necesaria pero no de la forma que hoy la tengo, pues hoy no la tengo. Es egoísmo quererla tener siempre a pesar de estar con él? Acaso en medio de tanto bienestar que ella me daba también le concedí el derecho de hacerme pedazos?
Hoy recordé porque yo solo era una persona fría con los demás, no… no es blindarme al daño, pues este siempre es inevitable. Era no concedérselo a cualquiera y hoy brindo con este cigarrillo porque ella pudo hacerme una grieta en mi frio y duro corazón.
Cada vez que ella me decía que era mía, que su vida no existía y que solo éramos ella y yo, ella llevándome a lo mejor de las alegrías.
Ella, dulce y hermosa, ella tierna y amorosa, que solo es mía en sus palabras, que hubiera elegido estar conmigo en diferentes circunstancias. Ella quien con solo un par de palabras cambia la bruma por rayos de sol, quien con su sonrisa puede regalarme alegría.
Ella que con solo el roce de su piel puede llenarme de pasión y a la vez de mucha dulzura. Ella quien con sus besos provoca que quiera desnudarla en un segundo pero a la vez tardarme un año en quitarle cada prenda, que me hace el amor en mis sueños y me dice ser mía en los suyos hoy no es ella.
Hoy ella es la esposa, la que no recibe cartas, la que contesta mis llamadas como alguien normal, la entiendo, pues no debe notarse que soy yo quien está de otro lado de la línea, la entiendo y sin duda comprendo su papel pues yo tengo el mismo pero, duele.
Duele hoy no ser su amor hermoso, su cariño bello, su contador más guapo. Porque hoy debe ser la esposa que solo tiene vida para su vida y ser la mujer de alguien más que no soy yo.
Duele ver su mano tomada de esa mano y aunque también tengo quien tome la mía, hoy no es la de ella. Ella quien me arma hoy me desarma con su frialdad, su sonrisa no es mía y eso me llena de celos, pero no la culpo porque la entiendo. No la culpo porque la quiero y ante todos ella y yo solo somos colegas, compañeros, simples conocidos.
Amigos, para el resto aunque los amigos no se extrañan ni se hacen el amor en la confidencia de su soledad. Pero ella eso es para todos, pero ella es todo para mí, solo eso, ella es todo.
Sin embargo mi cigarro se acaba y todo ese malestar se disipa, pues al verla pasar a solas, caminando con ese cuerpo escultural que tanto me llena de deseo y esos ojos hermosos que me llenan de ternura, con un beso lanzado al aire hacia mí a escondidas me devuelven el alma.
Hoy ella no fue mía pero mañana volverá a serlo. Mañana otra vez seguramente me desvaneceré a sus pies y seré su esclavo a voluntad. Pues ella es todo.
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