VIAJE DE ESTUDIOS (1-5)
Sus manos temblaban, estuvo a punto de colgar el teléfono, cuando escucho
.-Juan; ¿eres tú, Chang?, no cuelgues, soy yo Juan. Si me estas llamando debe de haber ocurrido algo muy grave para que, te comuniques conmigo.
En ese momento Chang, vio el cielo abierto, poniéndose otra vez al teléfono, empezaron los dos amigos, hablar poniéndose al corriente de todo en un reducido y corto espacio de tiempo, pero que fue suficiente para que Juan notase la preocupación de Chang, por el problema que le estaba contando y que no entendía como se habían dado cuenta sus enemigos, de su relación entre Saray y el.
–Juan; Chang yo lo único que te puedo decir es que cojas un avión y vengas a España y los dos juntos revisemos todas las imágenes de las cámaras. Si hay algo, si conoces a alguien y sospechas de él o sencillamente notes algo que no lo veas normal o te llame la atención, lo investigare contigo.
Chang, dirigiéndose a su padre, le comunico, que quería ir a visitar a la familia de Saray para hablar y que le explicaran, pero lo que hizo fue coger un avión con destino, Japón Francia. Visitando a la familia de su amada, solo, para advirtiéndole, que si alguien preguntaba por él, trasmitieran, que estaba con algún familiar investigando una pista. Al mismo tiempo tapar y confundir por si lo seguían, a su verdadero destino, Ibiza. Dicho esto, cogió el vuelo, Francia España con destino a un poco de esperanza, con el consuelo de averiguar algo, que lo ponga en camino hacia Saray.
En el aeropuerto lo esperaba su amigo, nada más llegar se fueron al puerto buscando todas las imágenes grabadas desde aquel día desafortunado para todos. Como no sabían el día exacto, empezaron dos días antes de que ella tuviera que volver a su casa. Empezaron a mirar imágenes durante varias horas, haciéndose tarde, lo dejaron para el día siguiente. Así durante una semana, pero el que hacia séptimo día, Chang se quedo paralizado, no daba crédito a lo que estaba viendo. No lo creía, hasta que punto existía la hipocresía, la desilusión fue inmensa, la tristeza le invadía todo el cuerpo. Solo deseaba gritar, chillar tan fuerte, para que el mundo se enterara. Incluso pegarle a alguien. Solo estallo en un llanto tan fuerte que Juan estando afuera del recinto entro todo preocupado por su amigo.
–Juan; Chang, que te ocurre, ábrame, dime algo, no me asustes.
Juan lo abrazo, consolándolo hasta que pudo hablar. Señalándole a la pantalla le dijo.
-Chang; Juan ¿ves a ese hombre?, el que acompaña a Saray.
-Juan; ¿Quién? ¿Ese que va a su lado?
–Chang; si ese que no se separa de ella, ¿mira que cara lleva?, Saray se ve preocupada. Que le habrán dicho para que ella se fuera con un desconocido.
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