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El materialismo destruye la esencia del ser humano, le hace dependiente y le quita la capacidad de sentir. Si te acostumbras a él acaba por dominarte y acabas siendo superficial.
A mi me gustan más las sensaciones, ya que te recuerdan con ese bienestar que sale de dentro para afuera que eres un privilegiado por poder ver una puesta de sol, disfrutar de una buena comida, o tomar un café en buena compañía. El materialismo es como beber agua de mar, nunca te sacia y siempre quieres más. Sentir es la esencia de la vida, lo que te vas a llevar, y lo que hagas sentir es lo que se te recordará.
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