Tu sabes que te quiero y que siempre he deseado lo mejor para ti.
- y por ello tenías que matar al ser quien más amaba.
- Escucha por favor, no brindare explicaciones de mi acto ante este jurado ni ante ti, porque no lo entenderían, solo puedo decirte que mi brutal acto fue la consecuencia de haber amado tanto.
La hora de la ejecución se había fijado a las cuatro de la tarde y esta tendría lugar en la vieja plazoleta del pueblo, decidí no asistir a la ejecución y contemplar desde mi ventana el reloj del campanario, llene mi copa de vino y la levante no sé si como un acto de satisfacción o de impotencia, en ese preciso instante las campanas anunciaban que el ser que algún día considere mi padre había dejado de existir, pase horas sentado frente a la ventana, estaba realmente conmovido por las personas que entre sollozos y llantos se dirigían al pueblo para darle el último adiós a una persona que siempre habían considerado benévola e integra, un último adiós que yo me negué a dar.
He arribado a Londres con el objetivo de realizar un inventario de los bienes heredados por mi progenitor, especialmente quería cerciorarme del estado de una vieja casa que lleva muchos años inhabitada , para ello me dirigí al notariado de un viejo amigo de mi padre, el cual era el encargado de todos sus asuntos, él estaba informado de los acontecimientos ocurridos ocho meses atrás, lo cual justifico su silencio casi sepulcral durante el corto viaje hacia la propiedad, el carruaje paro frente a una casa de aspecto lúgubre pero que contrastaba con una arquitectura exquisita en sus acabados.
- He aquí la propiedad que ahora te pertenece, en este lugar tu padre vivió momentos de inmensa felicidad, pero también aquí aprendió que la felicidad nunca es completa.
Bajamos rápidamente del carruaje y decidimos entrar lo más pronto posible ya que empezaba a oscurecer, frente a la puerta principal el viejo abogado saco un manojo de llaves que parecía ser muy antiguo y prosiguió a abrir la majestuosa puerta de caoba.
- no te sorprendas por la limpieza del lugar, es que cada mes envió a la servidumbre de mi casa, que está a pocas cuadras de acá, pero realmente a veces me es difícil convencerles ya que según ellos ocurren cosas extrañas en este lugar.
Hemos recorrido casi toda la casa, realmente estaba en óptimas condiciones a pesar de su antigüedad, pero a un faltaba por revisar la vieja habitación de mi padre, nos dirigimos hacia allá, al abrir la puerta de la habitación, los ventanales se abrieron violentamente por una estrepitosa ráfaga de viento, la cual revoloteaba unas cuantas hojas, rápidamente me dirigí a cerrarlas, cuando lo hacía pude observar como una nube negra acompañada de intermitentes relámpagos empezaba a manchar el horizonte, fenómeno que no encajaba en el marco esplendoroso de la tarde veraniega que envolvía a la ciudad, además el ladrido y aullido de los perros que acompaño nuestra llegada empezaba a aumentar, lo cual altero ligeramente nuestros nervios, al dirigir mi mirada al fondo de la habitación logre divisar un viejo escritorio y encima de este había un pequeño cajón que contenía correspondencia muy antigua escrita por mi padre, mi curiosidad me llevo a leerla minuciosamente, hasta encontrarme con una carta muy extraña y emotiva.
Londres 1870
¿Cómo podría haber manchado de rojo su blanca piel?, esa piel que fue mi regocijo en frías y tormentosas noches de invierno, ¿cómo podría haber llegado a opacar el azul profundo de su mirada?, mirada tierna que mermo mis fuerzas para haber llevado acabo tan espeluznante empresa, pero la cual la hubiese librado de su tormento, y poseído por un sentimiento egoísta preferí verla marchar, pero ella en su afán de no separarse de mi me tentó a que yo adquiriese su misma condición, la sinceridad de sus lágrimas me hacían la promesa de querernos eternamente, pero su naturaleza caída nos impedía amarnos, lo cual despertó en ella una ira intempestiva, y entre maldiciones me prometió su regreso
Al terminar de leer la carta note que en la pared de la habitación estaba colgado lo que parecía ser un cuadro, el cual estaba cubierto por una manta de seda, al descubrirlo pude ver que era el retrato en óleo de una mujer, que para mi sorpresa era igual al rostro de mi amada, en mi estado de asombro y conmoción le pregunte al viejo letrado si sabía del origen de la pintura y también si conocía a la joven retratada.
-Claro que sí, ese retrato fue hecho hace cuarenta años por un famoso artista escoces radicado aquí, el cual mantuvo estrechos lazos de amistad con tu padre ,la hermosa joven retratada es Elizabeth quien tu padre amaba ciegamente, sin embargo, ese obsesivo amor lo separo de sus amigos, de su inquebrantable rutina y lo peor de todo de sus deberes religiosos, hasta convertir a esa frágil joven venida de tierras extrañas en su Dios, la vida y procedencia de tan singular y hermosa señorita fue siempre un misterio, y para colmo de males mi difunta esposa aseguraba haberla visto cinco años atrás, pero lo increíble de su aseveración es que Elizabeth aún conservaba su juventud y su descomunal belleza, pero no creas esa historia muchacho, la locura inherente a la vejez ya hacia estragos en la mente de mi pobre esposa
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