Denunciar relato
Da igual
que la luna arda en el cielo,
las piedras
seguirán siendo piedras
y yo su guarida
El espejo roto,
mil añicos relucientes,
saber que nunca
será el mismo,
da igual el orden
que lo recomponga
-la nitidez
de su reflejo,
quebrada-
Suspiros
en la piel
perecen al despertar
de los sueños que recogen
ofrendas
vestidas de perfidia
Y escondida esa luna
tras el desvalido
sol de invierno
todavía
siento el mismo frío
al respirar el alba
pues el alma ya no le encuentra sentido
-ni lo busca-
...a todo
y
a nada.
©Serendipity
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