APRENDER A VIVIR
Es la envidia algo poco deseable, que sucede cuando hay personas que no pueden tener lo que otros tienen, o no pueden estar igual de bien. Ya bien sea por incapacidad para lograr lo mismo o falta de valor y/o personalidad para atreverse a lograr lo que otros si se atreven. Sin darse cuenta que cuando se tiene envidia, por otro lado amiga de todos los tiempos de la humanidad, queda la posibilidad de tratar de ir uno por aquello que ansia si estuviese a su alcance, o bien buscarse otros alicientes para enriquecer su vida o bien lo más triste por erróneo y perjudicial, amargarse y disfrutar del mal ajeno o hasta dedicarse a acabar con aquello cómo con aquellos que representa su envidia. Y lo que no se dan cuenta estos últimos, los que tan penosamente actúan, es que por más que se ataque y se acabe con lo que representa su envidia, el problema al ser de uno no se erradica, puesto que pongamos por caso, haya alguien que midiese un metro cincuenta y se sintiese molesto con los que miden más, pongamos por caso los de un metro sesenta, un metros setenta, un metro ochenta y se dedicase a un ataque permanente hacia estas personas con las peores de las pretensiones. Y es que por muy gloriosa que fuese esta lucha esta persona después de todo y al final siempre acabaría por medir ese metro cincuenta y difícilmente se podría aniquilar a todos los que de ese metro cincuenta pasasen. Y viendo este caso en el que el problema de uno ha ido a derivar sobre quien no debía además de no solucionar nada a nadie. Sugeriría que se aprendiera a convivir con uno mismo para saber convivir con los demás y de esta forma aprender a vivir.
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