EL FANTASMA DEL PASADO (1 - 3)
EL FANTASMA DEL PASADO
(1-3)
Juana se quedo anonadada, sin pronunciar palabra. La que había sido su madre desde que tenía dos añitos había sido ella. No tenía conocimiento de otra. En ese preciso momento le dijo su madre;
-- por favor Jennifer suba al coche, nos esperan sus padres.
Juana sin pronunciar palabra subió y se sentó. Su madre, una vez las dos sentadas le dijo;
--- Ya sé que todo esto te pilla por sorpresa. No tuve más remedio que obedecer a tus padres, cogiéndote entre mis brazos, largarnos de tu casa, protegiéndote del peligro en que estabas. Yo realmente soy tu nana y preguntaras quien era mi pareja. Pues era un guardaespaldas que nos puso tu padre. No podíamos negarnos. En mi caso tus padres se portaron muy bien con mi hermano que se encontraba enfermo en ese momento, en el caso del caballero que nos acompaño todos estos años, prefiero que sea él quien te cuente el motivo que tuvo para acertar y estar de acuerdo con este trato.
---Nana ¿veré a quien ha sido mi padre todos estos años? o ¿sencillamente a desaparecido de mi vida?
--Jennifer, ¡hija!, por favor, dame tu permiso, que estando a solas, pueda llamarte hija, pues aunque realmente no lo seas, te he criado y te he cogido un gran cariño. Aunque delante de tu madre, prefiero y por respeto que le tengo a ella, me llames nana. Ella ha sufrido mucho con tu separación. Referente al que ha sido tu padre todos estos años, a donde vamos lo encontraras con todos al lado de tu familia. Te recomiendo que al verlo no lo llames papa, acércate eso sí, pero ser discreta.
Juana estuvo durante todo el trayecto en coche, callada, ¡eso sí!, cogida de la mano de su nana. Sus miradas eran cómplices, sus dedos entre lazados y su expresiones faciales, serias. No había ni un rasgo de felicidad, ni siquiera una pequeña sonrisa de estar juntas. Sabían, que desde ese preciso momento era un principio y el fin, de la convivencia vivida entre ambas. Aunque a Juana, no le importaba, por fin, se habían reunido, aunque no fuera como ella esperaba. Ahora solo ansiaba el encuentro con el que había sido su padre todos estos años y el que le había mostrado un gran cariño hacia su persona.
---Jennifer ya llegamos, te pido que seas abierta y no te confundas con todo lo que hemos vivido, a partí de ahora tu vida tendrá una gran responsabilidad, acéptala y protege a la familia, como han hecho tu padre, tu abuelo y el padre de tu abuelo. Hija y cuenta conmigo siempre, yo nunca te abandonare.
Dicho esto le dio un beso en la frente, se cogieron de las manos y bajaron del coche. Al bajar del vehículo, la estaba esperando una señora muy elegante. Era de pelo castaño, melena, ojos verdes, alta y muy bien vestida, con traje de pantalones y chaqueta de color azul marino, tacones altos. Al lado estaba el servicio de la casa donde se suponía que iba a vivir. Era una gran mansión, se veía muy grande por dentro, con muchas habitaciones . Nada comparado a donde había estado viviendo en Nueva york. Las dos se acercaron a la señora, la nana hizo las presentaciones. Su madre la abrazo y la beso tan fuerte que le hizo daño.
---Hola soy mama, me llamo Elisa. Estaba deseando abrazarte hija, de pronto Juana se dio cuenta que estaba llorando. ¿Te puedo llamar Jennifer?, se que todo esto te ha venido de sopetón, pero te explicaremos y como eres ya adulta lo entenderás, eso es lo que ansió con todo mi corazón hija.
Empezó la madre a presentarle al personal de la casa, seguidamente fue a ver a su padre biológico. Subieron por unas escaleras, hasta llegar a la planta de arriba, donde se encontraban los dormitorios. Al entrar al dormitorio principal se encontraba un señor tumbado y el que ella siempre había pensado que era su padre, a la derecha. Lo miro, le echo una sonrisa. El padre al verlo le dijo;
-- hija puedes abrazarlo, se que él ha sido tu padre durante años. Dicho esto salió corriendo, lo abrazo y se echo a llorar.
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