SALTO AL VACÍO (1--5)

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                                            SALTO    AL   VACIO

                                                             (1—5)

Irían  se  encontraba  cada  vez  más  preocupado. Veía  que  el  día  del  fin  de  la guerra  estaba  cerca  y  con  ello,  todo  lo  que  le habían  enseñado en  el colegio.  Pero  lo  que  mas  en  tensión  lo  tenía, era  el  asalto  a  la  prisión  del  campo  de  prisioneros. Intuía  que  ese  día  seria  el principio  del profundo  dolor  que  sentirían  todos  de  ver  lo  que  encontrarían  en  el  campo  de civiles. 

Valeria  y  Irían,  decidieron  contraer  matrimonio, pues  estando  en  guerra  y saliendo  Irían  a  socorrer  heridos, le  daba miedo  perderlo  sin  estar  unidos. Irían, acepto, pues  para  él, todos  los  días  era  un  regalo, incluso   para   él, que  fuera  suya  en cuerpo  y  alma, era  suficiente. Pero  en  aquellos  tiempos, vivir  un  hombre  y  una mujer  sin  estar casados, era  un  sacrilegio  y  estaba  muy  mal  visto por  todos  los ciudadanos  del  pueblo. Decidió  casarse  y  hacerla  feliz, siendo  cocientes  los  dos que  algún  día  el  desaparecería.

Llegado  el  día  del  asalto  al  campo  de  prisioneros, decidió  que  Valeria  no  fuera con   ellos. Le  puso  la  escusa, de  que  tenía  que  cuidar  a  los  enfermos  que  todavía  quedaban  en  los túneles  del  refugio. La  resistencia  preparo  todo  y salieron  muy  animados, hacia  el  campo  de  concentración. Iban  muy  contentos de pensar   que  ayudarían  a  los  civiles  encarcelados. En  el refugio  se  quedaron,  doce hombres  para  protegerlos.

Lucharon  primero  para  liberar  a  los  soldados  aliados. Hubo  muchos  muertos  de los  dos  bandos. Desde  dentro,  los  aliados  ayudaron   en  la  lucha, utilizando, lo que encontraban  a  su  paso, que  pudieran  servirle. Después  se  dirigieron  a  la  casa  del  gobernador. Liberando  a  los  civiles  que  tenía  a  su servicio  en  el  domicilio. Seguidamente  se  dirigieron  ganando  terreno,  al  campo  de prisioneros  civiles. Hubo  una  gran  lucha  con  los  soldados  enemigos, que  quedaban  defendiendo  las posiciones. La  mayoría  al  ver,  como  la  resistencia  ganaba  terreno, iban   desertando  o  entregándose  al  enemigo.

Al  llegar  a  las  instalaciones  y  empezar  abrir  las  puertas, todos  empezaron  a  caer de  rodillas, con  la  mano  en  la cabeza, otros  se  volvieron  locos, lloraban, gritaban, daban   puñetazos   a  las  paredes. Otros  no  aguantando, lo  que  acababan  de  ver salían  y  empezaban  a  vomitar. Irían   se  tapo  los  ojos, diciendo; cuánto  dolor, que  diferente  verlo  y  vivirlo, a  leerlo  en  los  libros, (al  mismo  tiempo  que  lloraba). De  pronto  se escucha  un  llanto, todos  no  daban  crédito, era  un  llanto de bebe,. Pero ¿Dónde?, ¿Dónde? Se  decían, moviendo  las  cabezas,  mirando  de  un  lado  a  otro. Empezaron  a  quitar cadáveres, porque  estaban  amontonados  en  varios  grupos, hasta  llegar  a  dar  con  él. Su madre  y  sus  hermanos  mayores  que  él,  lo  había  tapado  con  sus  cuerpos. Su   familia  lo  había  escondido  haciendo  un  hueco  donde  poder  respirar. Empezaron  todos  a  mirarse  sin  decir  nada, cogieron  al  niño, enterraron  los  cuerpos  y  se fueron  al  refugio. Al  llegar, ninguno  dijo  nada, todos  solo  se  miraban. Le  dieron  el niño  a  Valeria  y  cada  uno  fue  buscando  un  sitio  donde  desahogarse, donde  llorar, donde  rezar  por  los  que  habían  dejado  atrás......

 


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