Bailarina de cristal. Paso el día esperando tenerte junto a mi cama. Al acostarme abriré la tapa, y las tinieblas que me rodean se disiparán una vez más.
Te mueves al ritmo de tu melodía, como si todos te contemplaran. Yo no logro entenderte, y me quedo mirando estático; sin seguir el compás.
Cuando me das la espalda mi vida se derrumba, pero tú sigues girando. Pronto vuelves a mirarme con tu sonrisa indescifrable, leyéndome la mente con ojos brillantes, placebos inertes de agua y sal.
Tú no oyes a mis fieras, tú evitas ver problemas. De puntillas sobre terciopelo acolchado no sientes al planeta temblar. Y así, el mundo es tu caja; tu caja vacía.
Yo no quepo en tu mundo, tengo partes sobrantes, tengo demasiados defectos. En tu caja solo hay lugar para un espejo. Odio ese espejo, pues me deforma el rostro hacia lo abstracto; o quizás así me veo en realidad.
Hoy estás tranquila, bailarina de cristal, pues te sostengo y te protejo; pero eso cambiará. Sé que llegará el día, el día menos pensado, en que relajaré los brazos y las manos, y entonces… te caerás.
Autor: FEDERICO RIVOLTA
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