EL REFLEJO DEL ALMA ( El Espejo 1-4)
EL REFLEJO DEL ALMA
El Espejo (1-4)
Al principio no le prestaba atención, hasta que un día escucho;
--- ¿se puede saber porque no contestas?, ¿sabes que escuchar sin contestar, es de maleducados?
Amaya miraba de un lado a otro de la habitación, sin ver a nadie. Hasta que por casualidad se le ocurrió decir;
Amaya; --- ¿Quién hay ahí? No sé si estoy sola o si alguien está conmigo.
Irene; --- Hola, me llamo Irene, llevo a tu lado varios días observándote. ¡Pensé! ¿Que nos veías?, pero por lo que me estoy dando cuenta, solo nos escuchas hablar. He venido porque me han dicho que te enseñe como utilizar las manos, para aliviar el dolor de un cuerpo formado de materia. En este caso, para un cuerpo humano.
Amaya;--- Perdona, hace poco tiempo que me di cuenta, que os escuchaba, pero no os veía. Lo que si veo es energías alrededor mía, algunas solo las veo pasar de largo, otras se paran delante de mí. A veces son claras, otras grises. Casi todas, son trasparentes como el agua, pero se nota claramente, que es algo vivo, porque se mueve. Todavía, hay algo que no tengo muy claro, pero si es lo que pienso, me gustaría que desapareciera, más que nada, porque no lo veo justo.
Irene; --- ¡Dime!, que es lo que no tienes muy claro. Amaya ser clara o intenta decirme las cosas, aunque creas que son fantasiosas. Yo pudo aclarártelo y si no estás conforme con lo que te explico, siempre puedes verificar con otros testimonios, por internet o con otras personas.
Amaya; --- Creo, estoy convencida, que escucho el pensamiento de la persona que está a mi lado. A veces están hablándome y en mi mente escucho por ejemplo decir, a ver si acaba tengo prisa. O, que pesada, no me deja irme. O, se cree lo que le estoy diciendo., incluso, otras cosas más. Creo Irene que no es justo, pues la intimidad debería ser privada, también en esto.
Irene;--- Hay un método para dejar de oír el pensamiento ajeno, pero de vez en cuando , seguirás escuchando pensamientos, aunque con menos frecuencia. Ahora te enseñare como utilizar tus manos; tienes que frotarlas, una contra la otra. Durante unos segundos, incluso un minuto. Cuando estén más calientes de lo normal, puedes masajear la zona del doliente sin ser brusco. También, puedes poner la mano a una pequeñísima distancia, por ejemplo de la frente, rodilla, etc. El calor se lo trasmites al recetor donde al mismo tiempo que se relaja se alivia el dolor. Ya tengo que marcharme, pero te enseñare como tienes que llamarme si me necesitas. Te aconsejo, que cuando utilices tus manos, pongas música relajante y todo aquello que ayude, a relajar al receptor, incluso tu voz, también relaja.
Irene se marcho, aunque llegaron a ser buenas amigas, a veces la veías reír y si le preguntabas, te decía estoy con mi amiga Irene. Amaya ayudaba cuando algún vecino o miembros de la familia estaban estresados por el trabajo u otro problema. Les ponía música donde escuchaban el sonido agua, pájaros, viento, todo sonidos de la naturaleza. A su sobrino conseguido que durmiera más tranquilo y no se despertara durante la noche. A veces veía las sombras y se paraba hablar con ellas, hasta que cayó enferma.
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