UN CONDUCTA ABOMINABLE

“La decepción no es algo que buscas, pero tiene una maravillosa manera de despejar la mente”. Stephen King

Traigo a colación el tema, en virtud de que el caso ha conmocionado gran parte de la sociedad a nivel mundial.  Confieso, que al leer la noticia y después observar el video, que adjuntaban a la misma, difícil de creer, me impacté, pensé que era un montaje, pero al verificar la fuente, definitivamente, me encontré con una vergonzosa y patética realidad: El video donde Tenzin Gyatso, el Dalái- Lama (significa Supremo dirigente espiritual y político del Tíbet) besa en la boca a un niño, solicitándole, además, que le “chupe” la lengua. El evento tuvo lugar en el templo de Tsuglagkhang de Dharamsala en la India, en una ceremonia que presidía en   febrero de este año, solo que ahora es cuando es difundido por las diferentes redes sociales. Hecho que ha causado repudio, indignación y  merecedor de calificativos de conduta impropia, perturbadora,  entre otros, por parte del líder religioso.

Posteriormente, es reseñado un comunicado,  por la página Web que lo reprsenta,  donde  se ofrecen unas disculpas en nombre suyo " lamentó el “incidente” y desea disculparse con el niño y su familia, así como con sus muchos amigos en todo el mundo, por el daño que sus palabras pudieron haber causado”. “Su Santidad suele bromear con la gente que conoce de manera “inocente” y juguetona, incluso en público…”

Por otra parte, SNAP,  grupo de defensa de las víctimas de abusos por parte del clero,  señala a través de otro comunicado: “Nuestra principal preocupación es el niño inocente que fue objeto de esa repugnante petición por parte de una venerada   figura espiritual.”

Sus seguidores, tratan de restarle importancia al suceso, indicando que “sacar la lengua” es un saludo antiguo de la cultura tibetana, pero, es que no fue un "inocente" gesto de “sacar la lengua”, y aun así también es repudiable, (está  frente a un niño, el respeto y el mejor ejemplo deben prevalecer)  se trató de que  le pidió le “chupara” su lengua.

Este comportamiento,  en lo personal, me ha conmocionado, por las circunstancias de modo, tiempo y lugar, que abarca el dónde, cómo, contra quién se realizó y el responsable de este.

—¡Por todos los cielos, esta es una aberración!! – Expresó mi compañera de labores, mientras observaba el video.

Recordé el significado del término. Aberrante es lo que se aparta claramente de lo que se considera normal, natural, correcto o lícito. Es decir, una conducta aberrante, es contra natura,  antinatural.

Me interrogué y lo sigo haciendo: > ¿lo aberrante se opone a lo razonable? > El personaje de esta recién historia, después del gran rechazo general de su proceder, razonó, pidió disculpas, por lo que estimo reflexionó y reconoció que lo que había acometido y pedido al niño, no estuvo correcto, fue a los ojos de muchos, me incluyo, una conducta reprochable e   incoherente con los dogmas que pregona.

Esa abrumadora decepción sucede,  porque el ser humano es vulnerable a la idealización. Sí, idealizamos, nos formamos una idea o concepto de alguien, donde no solo exageramos sus cualidades, sino que obviamos o dudamos de algún rasgo negativo, más si se trata de figuras como la que este espacio, hoy me ocupa.

 El abominable caso, por llamarlo de alguna forma, porque aún no le encuentro el calificativo idóneo, lo que sí me abarca es que el mismo, es perverso, objeto de repudio por quebrantar principios establecidos. El Dalái-Lama, es un ser humano, con debilidades y fortalezas como todos los humanos, pensar que está exento a estas, es un máximo error.

Me sigo interrogando: > ¿A dónde hemos llegado como humanos... hacia dónde vamos? ¿Qué más nos falta por ver?>

O quizás,  aprenderá de  sus propias palabras,  ahora en él reflejadas:  " No debemos creer tanto  en elogios, La critica a veces es muy necesaria."