EL RECONOCIMIENTO : ACEPTACIÓN ( 2-7 Final )
EL RECONOCIMIENTO: ACEPTACION
( 2-7 final )
Jesús acepto, se levanto, cogió al padre y volvieron a su casa. Desde aquel día que salieron y volvieron tarde del paseo, Jeremías empezó a notar que su padre estaba más atento de él. Veía que procuraba pasar más tiempo y que incluso, le pedía que le contara cosas de su vida. Siempre ponía la escusa, de que había sido su madre quien siempre había estado atendiéndolo y que el notaba que muchas cosas desconocía de su entorno. Jeremías le pregunto a Jesús, si había pasado algo, este le contesto que no, solo pasearon por el Dique del Oeste. No hablando de nada en particular. Jeremías pensó que eran cosas suyas.
Estando Jeremías acostumbrado a que Jesús le preparara el desayuno antes de irse a trabajar. Se percato un día, al levantarse, vio que no estaba preparado y que Jesús, no se levantaba de la cama.
Entro en la habitación, acercándose a donde dormía, notando que tenía fiebre muy alta. Jeremías aviso a su departamento, pidiendo un día libre, para cuidarlo y atender a su padre. Como todavía era muy temprano para levantar a su padre, preparo una palangana con agua muy fría y un paño. Un vaso de café con leche y una pastilla para Jesús.
Cuando volvió a la habitación, le dio a beber el café y la pastilla. Seguidamente empezó a ponerle el paño muy frio en la frente. Cuando se quiso dar cuenta, Jeremías estaba acariciándole la cara y el pelo. Noto que su corazón palpitaba muy fuerte, más de lo acostumbrado. Jesús que en ese momento tenía los ojos cerrados los abrió, teniendo a Jeremías a una distancia muy corta de su rostro. Los dos se miraron. Jesús le puso su mano detrás de la nuca, terminando besándose. Jeremías levanto su rostro, miro a Jesús, lo abrazo y terminaron haciendo el amor apasionadamente. Desde aquel día unieron sus camas y formaron pareja.
A los pocos días, Jeremías se metió en el cuarto de su padre, se acerco y lo abrazo diciéndole;
--- tengo que contarte algo. Pero tu escúchame, cuando acabe, si quieres me pides que me vaya y que te ingrese en un asilo o acéptame y quiéreme como soy, como yo te amo a ti padre.
Jeremías empezó contándole todo, le dijo que había intentado salir con chicas, incluso tuvo una vez novia, pero fue todo imposible, no sentía nada por ella. Ahora he conseguido ver a Jesús con los ojos de cuando iba a primaria y lo miraba. Ahora sentía que Jesús era lo que siempre había deseado y no podía tenerlo, porque no podía perdonarlo. Solo te pido papa que nos veas como tus hijos, porque los dos te queremos.
---Jeremías, solo dime una cosa. Lo amas o solo es un capricho, de no haberlo conseguido en tiempos pasado.
--- Papa me he dado cuenta, que es mi vida.
---Jeremías hijo, entonces yo no seré quien se ponga delante de tu felicidad. Una cosa hijo, as tardado demasiado en venir a hablar conmigo, pero estoy contento de que al final, hayas tenido fuerzas de dar el paso. Recuerda una cosa Jeremías, la felicidad no va a ti, tú tienes que dar el paso también y poner tu granito de arena. Porqué en esta vida, si uno lo lucha por lo que desea, termina por perderlo.
El padre de Jeremías veía cada vez más feliz a su hijo. Jesús, brillaba de felicidad. De esta manera, el padre, también termino por perdonar a Jesús. Un día, el padrino de su hijo fue a visitarlos a Palma. El padre le conto todo, terminando el padrino por aceptarlo también y viendo a Jesús como uno más de la familia. Sobre el círculo del padre, mantuvieron el secreto tanto el padrino como el padre. Tan solo presentaba a Jesús como su hijo. A todo el mundo le decía;
YO TENGO DOS HIJOS; JEREMIAS Y JESUS.
FIN
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales