El HIJO DEL DIABLO
(1-1)
Desde el inframundo, veía a otros niños jugar. El notaba que tanto eran buenos, como, para su opinión personal, también los sentía malos. Pues observaba que muchas de sus travesuras, tenían un grado de maldad. Su progenitor, en este caso el diablo, siempre le reprochaba, que estuviera mirando la parte buena y no la malas acciones que dejaba pasar de largo, sin sacar el máximo provecho de ellas al verlas.
El hijo del diablo se llamaba; Maximiliano, le solían decir Maximus. Que significa el grande, pues era, a lo que estaba destinado a ser, en un futuro no muy lejano. Maximus no entendía como esos niños arraigaban dentro de ellos tantos sentimientos malignos, habiendo nacido dentro de un seno de familia con tanto amor.
El notaba, que conforme iban creciendo, no todos, pero una gran parte seguían teniendo muy malas acciones hacia la humanidad. Maximus veía que algunos llegaban a desarrollar tal atrocidades, que le hacía pensar, que ellos perfectamente podrían ser sus hermanos mayores.
Viendo el padre que su hijo se estaba descarrilando en dirección contraria, a lo que estaba predestinado. Decidió mandarlo a la tierra, para que sufriera todas las adversidades que la vida de un humano, conllevaba vivir y sentir.
En ese preciso instante, Dios, como no se le escapa nada, viendo lo que el diablo había hecho con su propio hijo. Quiso que su estancia fuera lo más equitativa y parecida, a un ser humano, nacido como cualquier otro, en la tierra.
El diablo, mando a su hijo, dentro de una familia desestructurada. Con un padre asesino, una madre prostituta y un hermano mayor delincuente. Viniendo a la tierra, en una zona de conflictos, aunque no de guerras. Porque , asta cierto punto, el Diablo también amaba a su hijo y no quería verlo sufrir. ¡Claro! Como cualquier padre. Vamos, lo mando al desastre total, no dando oportunidad a vivir el bien y el mal, aprendiendo de todo.
Dios, viendo el desastre al que estaba predestinado, por culpa de su propio progenitor, decidió que por lo menos tuviera una oportunidad de decidir como cualquier ser viviente, dentro de un cuerpo humano. Decidió, que una vez, que fuera adulto, conociera el Amor. Pensó, que conociendo, este sentimiento, le daría la oportunidad, de conocer el bien y el mal. Dándole, así, la libertad como a todo el mundo, del libre albedrio. Decidir, por su cuenta, de pensar y sobre todo, de tener una visión global y justa de la vida.
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