EL LOCO (1-1)
Era un pirata llamado Domingo, aunque le solían llamar; el loco, (pues cuando hacia saqueos siempre hablaba muy raro y sin sentido). Era muy temido por todos, era un ladrón de sentimientos y virtudes. Su meta era, conseguir la felicidad completa a costa de lo que sea y de quien sea, por supuesto.
Estaba convencido que viajando y obteniendo de lo demás lo que a él le faltaba, conseguiría sentirse y llegar a ser, un ser completamente completo y vivir percibiéndose lleno. Sintiéndose en paz con el mismo y incluso con todo aquello que lo rodeaba. Sin llegar a tener remordimientos de cualquier maldad que hiciera en la trayectoria de su vida. No le importaba como conseguirlo, siempre que el final fuese exitoso para su persona.
A veces desde la cubierta, otras desde la proa, miraba al cielo, terminando hablando con las estrellas. Le decía, ¡ayudarme a encontrar la felicidad!, ¡socorrerme a encontrar ese sentimiento que tanto me trasmitir cuando abramos!. Deseo sentirme siempre de este modo.
Las estrellas parecía que le hablaban, hasta se movían con movimientos como si lo hicieran al son del viento o del sonido de las olas. Parecían como que todo estaba en armonía, sincronizado. A veces daban saltos, otras como que volvían hacia atrás o sencillamente, coqueteaban con el loco, hasta tal punto, que su cara brillaba a lo lejos de felicidad.
Incluso, solían aparecer un delfín que otro , daban saltos a la derecha y izquierda del barco. Las ballenas tirando agua hacia arriba, abriendo sus ojos para mirarlo.
Todo aquel que solían ver el destello a lo lejos, solían confundirlo a ver la luz. Pues daba la sensación como que a lo lejos había un faro encendido o incluso, había un barco a la deriva pidiendo ayuda, donde habían dejado un quinqué encendido, por si alguien los percibía.
El loco, se encontraba en perfecta armonía con todo, sintiéndose sujeto pasivo y acción con todo lo que ahí había . Tenía magia, lo envolvía y lo atrapaba, le hacía perder la noción del tiempo.
Su búsqueda no había hecho nada más que empezar. Buscaba algo que no sabía qué forma tenia, como era o si olía. Solo sabía que lo reconocería. Se sentía tan bien y completo en aquel ambiente, que solo una idea le rondaba por su cabeza; completar sus emociones, virtudes y sentimientos, era como una obsesión para él.
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