COMO PIEDRA DE SAL

Piedra de sal, donde se escurre tú nombre,

espuma diluida en el mar, salitre sin secar,

simulando miradas sin fijar, palabras, sustituyendo por pronombres.

Cuerpos anhelándose tocar, huyen como alas sin rozar,

son como acordes   sin guitarra, música sin escuchar,

mientras brincamos la cuerda en un juego sin retozar.

 La servilleta estrujada, donde escribí poemas, nuestros nombres,  

 arrojé al umbral… se esfumaron aromas y canciones,

después, en mi mural, sustituí por dos sobrenombres.

Ahora, sin vanidad ni orgullo, eres eterno soneto,

melodía para soñar, la rima de un verso,

mi pintura mental en la galería un boceto.

Pero, como la sal disuelta,  derramada  o  volando, 

 en mares  fatigados surca el saldo del amor,

 restos de sentimientos sin poder  alcanzar... ya  diezmado.