EL LOCO (1-2)
De pronto, se le empezaron a cerrar los ojos, a bostezar y un cansancio atroz. Estando en la cubierta, con un cielo inundado de estrellas, decidió tumbarse un rato, disfrutando del paisaje, con unas hermosas vistas. Entre cabezada y cabezada, iba buscando entre esos puntitos brillantes un dragón. Le gustaba imaginar que subido en su lomo, volaba, buscando una nueva presa, de quien apropiarse un gran botín.
En una de esas cabezadas, se vio trasportado en una habitación con muchas puertas, pero sin techo, viéndose perfectamente el cielo cubierto de estrellas. Las paredes blancas completamente. Todas las puertas del mismo color rosa. Cada puerta, tenía una letra del abecedario. Se encontraba en una encrucijada, no sabía qué camino seguir y que puerta escoger. Se sentía perdido y confuso.
Estaba en un terreno que no era el suyo, donde no había personas, ni agua, ni el barco. Tan solo él y un montón de entradas, sin saber que se podía encontrar una vez las abriera y pasara al otro lado.
Se sentó en el suelo, miro al cielo, viendo un cometa que pasaba por allí, le pregunto;
--- ¡perdona!, ¿podrías ayudarme? Creo que estoy perdido.
El cometa lo miro y le dijo;
--- Tienes que tomar una decisión, coger una letra, cada puerta tiene algo que tu buscas y anhelas con un gran ímpetu. Cada entrada, es un sentimiento, una virtud, una emoción. ¡Eso sí!, una vez que la pases, no mires atrás. Porque volverás otra vez, al punto de partida. Dicho esto salió disparado como una estrella fugaz.
Después de mucho pensar y sortear haber donde entraba, decidió entrar por la primera, por la letra A. Una vez traspasado la puerta, las demás , junto con la habitación, desaparecieron como de la nada, como si nunca hubieran estado hay.
Se encontraba en un bosque. No le quedaba más remedio, que seguir hacia adelante. Donde en ese preciso momento, empezaba la gran búsqueda del conocimiento y la sabiduría.
Conforme iba andando, percibía en gran olor a humedad, a césped y un sonido, como de arrastrarse algo por el suelo. De pronto a lo lejos se dio cuenta de un caracol , que bajaba de una piedra muy grande. Lo observo, se asombro lo lento que iba. El loco se acerco y le pregunto;
--- ¿quién eres, donde vas? Contestándole; --- Yo soy un caracol y voy hacia la hierba. El loco se quedo mirándolo y pensativo, volviéndole a preguntar;
--¿porque es usted tan lento? Tardara en llegar un día o más. Contestándole el caracol con una sonrisa;
-- Yo soy la Paciencia y no me importa lo que tarde. Recuerda que las prisas no traen consigo nada bueno. Si corro, me puedo resbalar, caerme, romperse mi casita y morir.
El loco no era nada paciente, siempre iba con prisas a todos los sitios. Ansiaba tener cualquier cosa lo más rápido posible. Vio que la Paciencia era muy importante, y decidió arrebatársela. Ingenio un plan, lo engaño y se la quito, siguiendo su camino.
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