Hace cuarenta años, se le concedió a un ser de la naturaleza el don de convertirse en humano y amar como nosotros. Pero este don tenía una limitación: solo podría amar una vez en la vida.
A los veintiséis años, el amor llamó a su puerta y así descubrió lo que los humanos experimentamos: el amor. Trágicamente, el once de marzo, su amado falleció, rompiendo su corazón y su llanto fue tan intenso como un monzón.
Muchos años después de esa tragedia nacional, en la que su amado falleció, esta hermosa mujer decidió dejar la capital para pasar su vejez y soledad en un pequeño pueblo, rodeada de su vida anterior como parte del reino vegetal.
Mientras empacaba, notó una caja escondida en el armario que pertenecía a su amado. Al abrirla, con lágrimas de amor en su rostro, encontró lo que tanto había anhelado antes de la muerte de su amado: un anillo de compromiso entrelazado en una botella de brandy de Jerez y una nota escrita a mano que decía:
-"Cásate conmigo"
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