Amores pospuestos. Uno.
Por antonpirulero
Enviado el 23/05/2023, clasificado en Amor / Románticos
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La verdad era que aquella mujer- aun siendo la esposa de mi mejor amigo- me gustaba bastante.
Tenía su teléfono en mente, aunque nunca se me había ocurrido llamarla. Era curioso cómo aquellos nueve números habían permanecido indelebles en mi memoria. No los transcribo para que no me la piséis, pues no descarto hacerlo- llamarla- alguna vez.
Pasó el tiempo con su secuela de aspavientos y desafueros y no la llamaba. Estaba esperando el día, y los años pasaban, ajándonos, como no puede ser de otra forma, de cuerpo y mente. Se estaba haciendo la noche en nuestras vidas y ni ella ni yo éramos capaces de marcar un simple número. La deseaba con la fuerza de un ciclón, como diría un cursi. Tanto era así, que, por las noches, se me repetía en sueños, como diría otro- cursi, me refiero.
Nos juntamos, ya en la vejez, en un funeral de un conocido común. Vi en su rostro lo que probablemente viera ella en el mío: desolacion y falta de entusiasmo. Sin embargo, su cuerpo aún era pujante y sus pechos tenían algo que les impedía ceder a la gravedad por completo.
Quizá fuera el sujetador, que es lo más corriente en estos casos, lo que los hiciera pugnaces y atractivos. También dejaba ver, una falda recatada, unas piernas bien torneadas que no habían perdido las formas juveniles que yo tenía registradas. Cuando nuestros rostros se reconocieron me saludó con una, más que sonrisa, mueca de dolor.
Pasó el tiempo y de nuevo la pereza se adueñó de ambos. Hoy la he visto en el mercado y me ha dado su mano, artrítica, que me ha repugnado, un poco, besar.
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