VIDAS ENTRELAZADAS (1-5)
Por Merced 54
Enviado el 29/05/2023, clasificado en Varios / otros
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VIDAS ENTRELAZADAS
(1-5)
Lupita se presento en su trabajo. Desde el primer día que se incorporo, supo coger las riendas de sus funciones, como si llevara desempeñándolo toda la vida. Siendo la primera vez, que hacía de Coordinadora del departamento de enfermería.
Ella desde que termino sus estudios, tanto empresariales como de enfermera, tuvo que incorporarse en los negocios familiares. Siendo la presidenta en funciones, desde la muerte de su padre y la mayor accionista, junto con su abuelo en todos los negocios familiares. En este momento había dejado a su madre al cargo y al frente de todo en su país.
Nada más entrar en la enfermería, la pusieron al corriente de todos los usuarios, sobre todo, de los más complicados que tenían en ese momento y los cuales, necesitaban un trato especial. Tanto síquico, como anímico, incluyendo un repaso extenso de todas las patologías.
Entre todos los usuarios, había un señor, un poco difícil de llevar. Era uno de los casos más complicados y difíciles, que habían tratado nada más entrar en sus funciones y considerándolo, imposible dejarse ayudar.
Nunca se dejaba tratar por ningún médico, ni nadie del departamento de enfermería. Todos los empleados habían llegado a una conclusión; deseaba morirse, todos estaban de acuerdo en que ese residente no le importaba la vida. Ya le habían comentado, que tenia depresión crónica aguda, muy fuerte y imposible de curar, junto con una ansiedad producida, por la falta de sueño del paciente.
Estando sentada en su oficina, llaman al telf., una auxiliar pidiendo ayuda. Era de la habitación 129. Lupita coge el telf. Como en ese momento no se encontraba ninguna enfermera, decidió subir ella a socorre a la auxiliar que en ese preciso instante necesitaba ayuda.
Al entrar en la habitación, vio un hombre de unos 75 años aproximadamente, con una expresión en la cara de una profunda pena. No quería comer, ni tomar medicamentos. No hablaba, ni nada que diera la impresión que entendiera lo que se decía. Tan solo miraba al infinito, al cielo sin pestañear, de vez en cuando se le caía una lagrima por sus mejillas. Era de constitución, corpulento. Se notaba que tuvo que ser un hombre muy apuesto, educado, pero desaliñado. Ya que no solía dejarse afeitar, ni asear.
Lupita al entrar en la habitación, le pregunto a la auxiliar que ocurría, cuando por un segundo los ojos del usuario se juntaron con los de Lupita. Como si por magia, se unieran unos con los otros. En ese momento la auxiliar le dijo a Lupita; Zita le presento a Lucas.
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