Realidades alternativas
Por Luis R.
Enviado el 06/06/2023, clasificado en Ciencia ficción
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Obak Eyerman me llamó para que acudiera a su taller. Decía haber conseguido la fórmula para desplazarse al futuro. El señor Eyerman se habia exiliado de su país ya que lo perseguían por cuestiones políticas ¡cómo no! Fué un desastre para aquella dictadura, porque el hombre era el científico más importante de la nación. Su especialidad era la "acústica" aplicada a las partículas elementales.
Cuándo llegaron él y su esposa, se instalaron en la finca colindante. Le habían comprado la casa al hijo del payés. Hicieron cambios, arreglaron la pared medianera y nos hicimos amigos. Ellos siempre estaban allí y nosotros también.
Acudí a su casa y entré en el taller; Obak estaba rodeado de ecuaciones al tiempo que ajustaba el pequeño cubo negro del cuál se proyectaban finos hilos de energía sónica. Ya lo habíamos visto antes, la energía no se extendía más allá de los cinco centímetros y él insistía en proyectar los hilos para que abrieran una puerta al futuro, el sonido de la energía se encargaría de separar el continuum temporal, pero también reestructuraría la conciencia del viajero.
Aquella mañana, los hilos de energía se prolongaban una par de metros. Obak estaba nervioso porque intuía que había creado un objeto tecnológico de primer nivel. Casi de inmediato me explicó cómo sería un viaje al futuro. Según su teoría no se podía acceder a nuestra línea temporal, pero se podían explorar múltiples "realidades alternativas". Tampoco se podía interactuar en las líneas temporales, solo observar.
Nos miramos y tardamos muy poco en decidir a dónde iríamos. Estaríamos de vuelta antes de la comida. Obak programó el "cubo sónico-acústico" y tomó unas muestras de ADN de nuestra piel, para determinar quiénes serían los viajeros. En un instante estábamos envueltos por los hilos energéticos, que tiraban de nosotros hacia un remolino de luz. Los sonidos eran audibles a través de ondas supra-sónicas que alteraban la conciencia a la par que formaban una grieta en el espacio.
Atravesamos la "puerta" y aparecimos en la Rambla, o eso parecía, ya que apenas se veía gente y los edificios y la calle estaban un poco sucios. Sin embargo los kioscos rebosaban de periódicos. Obak miró el cubo y dijo que estábamos en mayo de 2033. Nos pareció extraña tanta prensa en papel, así que investigamos y fuimos leyendo titulares y todo aquello que podíamos ver sin intervenir físicamente en aquella realidad.
"Resulta que los ultras habían llegado al gobierno y empezaron los cambios. Derogaron todas las leyes y empezaron las prohibiciones. Estaban apoyados por sus colegas los mini ultras, que casi habían desaparecido. Lo primero que prohibieron fue nacer homosexual o lesbiana. A los padres los condenaban a un año de cárcel, con trabajos forzados añadidos y antes de que salieran del talego los esterilizaban, pero a más a más, buscaban a familiares cercanos y los vigilaban por si se les ocurría tener algún "trans" o alguna aberración parecida. Los que nacían "enfermos", según ellos, los llevaban a un centro de recuperación, del cuál no se sabía nada.
Los "menas" desaparecieron; las pateras se hundían en alta mar por mercenarios, que se cree que estaban pagados por el gobierno. Los abortistas se condenaban a cadena perpetua. El hombre del tiempo siempre daba buen tiempo: 25°, y en las estaciones de esquí siempre había nieve. Volvió la Semana Santa de color gris y olor a incienso y cera. En la tele sólo ponían "quo vadis" o cualquier peli de Jesús.
Pasó el tiempo y la población empezó a descender. Ya no habia abortos (ni nacimientos), porque las mujeres se largaban al extranjero. Los hombres también. Hasta los que mandaban se iban de fin de semana al país vecino, que había mas movida sexual y tambien casinos.
Pensar en aquella realidad, aunque no era nuestra línea temporal, acojonaba.
Volvimos al taller de Obak, miramos la hora y no habían pasado ni cinco minutos, por tanto calculamos y llegamos a la conclusión de que el tiempo en la línea paralela pasaba veinte veces más rápido que en nuestra línea. Evidentemente la comida aún no la habían ni empezado, así que volvimos al futuro (a la misma línea) veinte años después en el 2053, a ver cómo iba la cosa.
Vaya!!! Gobernaban las mujeres del "ala dura" del otro extremo ideológico, que también eran ultras. En el ejército mandaban las Tenientas Generalas, dónde casi todos sus efectivos eran mujeres. Ya no había presentadores en la tele, ni tertulianos masculinos. Aún no había dado tiempo de educar a los hombres en las virtudes de la igualdad. Eso sí, había pocos hombres por la calle, también se habían largado muchos al país vecino. El poder se fué tan al extremo de su ideología, que acabaron en la contraria. Fuera del país ya nadie sabía con que mano se gobernaba, daba igual, una vez que se llegaba al poder todos adquirían el mismo perfil: rectilíneo, serio, cínico, mentiroso, egoísta y totalitario.
Decidimos entonces viajar más allá, cien años más tarde en la misma línea, para ver cómo eran recordad@s los del último siglo. No había nada, a nadie le importaba el pasado. Entonces me preguntaba, el porqué de ese afán de ser recordado, que sentido tiene esos elocuentes epitafios: "Aquí yace el más grande de todos".
Nuevos viajes al futuro nos hicieron comprender el sentido de la "Impermanencia". Nada es eterno, aunque a través de miles de años, las civilizaciones que fueron el top de la sociedad, también sucumbieron y desaparecieron sin dejar rastro. Ni tan siquiera recordamos nada de hace quince mil años. Como si hubiésemos surgido de la nada. El cubo solo podía llevarnos al futuro, así que, seguimos saltando hasta que la comida ya estuvo preparada.
Había pulpo feira con cachelos y de postre arroz con leche.
¡Ojalá dure mucho este conocimiento culinario!
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