LA MALDICIÓN
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Se llama Josep. Tiene 23 años. Es el hijo del presidente de un país asiático, que ha invadido otro país vecino de la zona llamada Eurasia. Comenzando una guerra de unas consecuencias imaginarías para el mundo entero.
Desde pequeño había vivido el odio que sus padres sentían por el otro país vecino. Había estando escuchando que eran muy dañinos, que eran terroristas, que se querían unir a los occidentales para poder tener aliados y que les querían perjudicar en el comercio.
Decidió unirse al exterminio de los usurpadores, que tantas veces le había dicho sus padres. Decidió aniquilar de la fa de la tierra Asiática, todo aquel que no tuviera sus ideales, rasgos o sencillamente no hablara el mismo lenguaje que ellos. Decidió sin meditar, ni parpadear y con la mente fría, hacerse pasar por aldeano, aniquilando toda persona, sea niños, ancianos, mujeres o soldados que se encontrara por su paso. Pero con una frialdad de maldad inimaginable para la mente humana.
Un día, entro en un pueblo pacífico, aislado de la zona de batalla, arrasándolo sin dejar sobrevivientes. Cuando entro para verificar que no quedaba nadie con vida, percibió un bebe de unos 3 meses que se movía. Su madre lo había tapado con su cuerpo. Decidiendo llevárselo, pensando que más adelante lo utilizaría de arma de combate contra los enemigos de su país.
Otro día entro en un hospital cogiendo a las madres que estaban apunto de dar a luz, sacándole a sus hijos del vientre, antes de tiempo y tirándolos a los cocodrilos para que se los comieran.
Era tal las atrocidades que iba produciendo por su camino, que su nombre era ya conocido por todo el territorio central de Eurasia. Nadie quería ayudar a ese país, pues temían que Josep se les apareciera y les hiciera algo a sus seres queridos.
Por el camino de regreso a su casa, pues era el cumpleaños de su madre y quería visitarla. Se encontró una anciana que iba con un burro por los montes. Nadie sabía cómo apareció en aquellos pasajes. No había ningún pueblo cercano, ni aldea. El conflicto estaba bastante alejado de allí. Ella parecía asiática, pero hablaba español.
La señora le pidió ayuda. Josep burlándose de ella, atándola a un árbol, para que los lobos por la noche se la comieran. La señora que parecía como de unos 70 años, lo miro, con un tono de voz tranquila y muy relajada le dijo, yo te maldigo y siguió diciéndole, mientras Josep se le reía mirándola fijamente;
--Te di la oportunidad de redimirte y si embargo planeas mi muerte con frialdad. Desde este momento hasta que encuentres el significado de la vida y devuelvas bien por mal. Contrarrestando una acción, con otra. Mientras tanto sentirás en tus propias carnes el dolor que tu estirpe a causado. Padecerás una tras otra sin darte tiempo a levantarte, el sufrimiento ajeno que as ocasionado.
Dicho esto, como por arte de magia, levanto la mano y con una fuerza desmesurada, lo expulso hacia tras, tragándoselo un árbol enorme y veterano, que estaba en ese bosque y siempre se había oído hablar que estaba encantado.
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