UNA PROMESA- UNA VIDA- UNA DEUDA (2-3)
Por Merced 54
Enviado el 12/07/2023, clasificado en Amor / Románticos
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UNA PROMESA- UNA VIDA-UNA DEUDA
(2-3)
Conforme iban pasando los días, el trato entre los dos también iba cambiando. Irían sentía que tenía que proteger a Saray. Saray percibía que tenía que acercarse mas a Irían.
Ella notaba como que le pertenecía, era una sensación, que cada vez se hacía más fuerte en ella. Cada vez que estaban juntos, fruía una energía de bienestar entre los dos.
Ella empezada a darse cuenta, que ese nuevo sentimiento que iba creciendo dentro de ella, hacia ese chico, que tan solo hacia unos meses, lo consideraba su enemigo, no era nuevo.
Él sentía lo mismo. Si no la veía, notaba que le faltaba el aire para respirar. Aquel martes de la caída de Saray , les cambio la vida a los dos. Tanto emocionar, como en madurez.
Sus padres notaban que se habían hecho adultos en días. Ya no les apetecía hacer las cosas que solían hacer antes de la caída, sobre todo, las travesuras entre los dos.
Y que por tanto tiempo sus padres, no pudieron hacerles ver que sus comportamientos estaban fuera de lugar y que no tenían ningún fundamento, tanto rencor entre los dos jóvenes.
Tanto él como ella, una vez terminados sus estudios, decidieron visitar a sus abuelos. Como los dos eran de la misma isla, acordaron viajar juntos, quedándose a comer Saray a la llegada, en la casa de los abuelos de Irían. Ya que los familiares de ella vivían más alejados del aeropuerto.
Al bajarse del avión los dos jóvenes, les esperaban el abuelo de Irían. Cuando se acercaron al coche el abuelo miro a Saray y le dijo;
--- Hola soy su abuelo, perdona me resultas familiar ¿te he visto antes?
--- Hola yo me llamo Saray. No, creo que no, nos hayamos visto antes, me fui con mis padres muy pequeña de aquí. He venido, pero no he parado en la capital. Pero quien sabe, yo tengo la misma sensación.
Se subieron al coche, dirigiéndose a la casa de los abuelos de Irían. Era una casa sola, cerca de la playa. Tenía un pequeño terreno, donde su abuela solía sembrar variedades de flores. Saray al entrar al jardín, olfateo un olor muy peculiar y que desde niña, siempre le había sido muy familiar. Donde no hacía mucho volvió a olerlo, estando con Irían, subida a su espalda.
--- Irían huelo al aroma, que desprende la flor del tulipán. ¿Sabes si por aquí cerca, hubiera algún invernadero de Tulipanes?
Irían le cogió la mano trasladándola detrás de la vivienda. Saray se quedo sin habrá. Había una pequeña plantación de tulipanes, estando casi abiertos. El olor le hizo trasladarla a otro tiempo, donde se encontraba muy feliz.
Al tiempo que notaba que comía un helado de vainilla, acompañada de otra persona, que aunque no podía verle con claridad, sentía que esa presencia era Irían.
Parecía tan real, que soltó un suspiro, al tiempo que Irían volvió a cogerle la mano dirigiéndose hacia la casa, entrando dentro. Al cruzar la puerta Saray le pidió por el baño. Irían le dirigió hacia donde estaba. Pasando por un salón donde había una foto en la pared de un joven muy guapo.
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