Crepúsculo

No te lo perdono…

que haga ya diez lustros tú me hipnotizaras

con esa mirada de ángel no alado

y unos simples gestos de esas blancas manos

forjaran este minimundo de dos para ambos

No te lo perdono…

que allá me llevaras prendido del brazo,

que para un par de jóvenes púberes

hicieras del amor un número impar cerrado al fracaso,

valioso reclamo en tu edén privado

No te lo perdono…

que juntos consumieran los cincuenta años queriéndonos tanto,

que cada sol hiciera de nuestro despertar un seguir soñando,

que no me advirtieras que la vida pasa sin darnos descanso

para darme cuenta de cuánto te he amado

No te lo perdono…

que mis ojos vean en esas arrugas el premio al amor que sangro,

que ni siquiera admitas en mi cara enferma

este feo espanto que hoy me carcome,

que así me regales un trozo del alma con esa mirada tan llena de encanto

No te lo perdono…

que tus curvas sean ahora unas rectas ciegas que aún me enfebrezcan,

que tus labios nombren mi nombre

besándolo en cientos de ensalmos,

que tus secos labios rían todavía las mil tonterías de este niño incauto

No te lo perdono…

que toda esta vida no haya servido para aprender a amarte como te mereces,

que hayan pasado todos estos años creyéndome guapo por lo que me dices,

que cada minuto que respiras sea el mejor regalo

para este viejo mulo que tienes al lado

No te lo perdono…

ojos de muñeca, ven acá a mis brazos,

guárdame el suspiro,

quítame estos miedos de sentirme solo,

pon tu corazón cerca del latido que muere sin ti, bobo desdichado

No te lo perdono…

que me dejes, que así te abandone,

que la vida escape entre éstas tus manos que aprietan las mías encima del lecho,

huidizas, temblando de miedo, cayendo en zigzag por el aire,

como cae oscilando y trémula esa blanca pluma del maltrecho ganso que muere de viejo

No te lo perdono…

que me quede solo, tan frío, tan yerto… teniéndote al lado