EL DESPERTAR DEL DURMIENTE (1-2)
EL DESPERTAR DEL DURMIENTE
(1-2)
Se empezó a adentrar en aquellos bosque, llenos de arboles de muy buena calidad para su vista. Sin darse cuenta, estaba delante de una laguna, donde vio a una joven muy hermosa dándose un baño.
Rodeada de bastantes peces, era muy impactante ver, que un humano convivía con los peces que se encontraban dentro de aquellas aguas, tocándolos al momento que ellos se rozaban con la joven.
Él, no era mucho mayor que ella, pero si era más espabilado que la muchacha de largos cabellos negros. Todo lo que veía a su alrededor, era producción y poder adquisitivo para su bolsillo. Ya no digamos el crecimiento de su cuenta a corto tiempo, pues todo en las Amazonas era en abundancia.
Así tenía 20 años y Abel andaba por 25. Ella como nunca había pisado una ciudad, ni salido de aquellos pasajes, todavía su alma estaba intacta de todos aquellos sentimientos que corrompen a una persona.
Todavía no conocía lo que era ambicionar y desear algo, con todas sus fuerzas donde tuviera que humillar y degradar a otras personas para conseguirlo. Como estaba acostumbrado Abel y lo había visto desde pequeño en su familia.
Tan solo a lo que aspiraba era a ser, una gran protectora de la naturaleza. Así desde pequeñita le habían enseñado que todo tiene valor para la creación, que nada estaba sin un motivo creado.
---Que los arboles ayudaban al hombre para poder respirar,
---que los animales estaban para convivir con las personas y darnos alimento para sobrevivir,
---que el cielo estaba para acompañarnos en nuestros pasos del día al día, junto con el sol, la luna y las estrellas,
---que las nubes tenían la obligación de regar la tierra para dar alimentos.
Desde pequeñita siempre le habían dicho;
--- Así no ofendas al que te da la vida, no dañes al que te proporciona el alimento, no arranques al que sostiene la tierra y a cambio te da aire puro para poder respirar. Hija coge solo lo que necesites de la naturaleza y veras que nunca te faltara.
Como era de esperar, Abel se encapricho de Así nada más verla. Se acerco a la muchacha con engaños termino por convencerla para quedar otros días y a si poder enamorarla. Su intención era casarse con ella, apartarla de aquellos bosques y formar una familia. Hasta ahí todo trascurría normal, si no fuera porque también deseaba la madera de aquellos bosques.
Así supo guardar muy bien el secreto, relacionado sobre el dueño de aquellos paisajes tan hermosos, llenos de verde hasta donde alcanzaba la vista. Poco a poco la bella muchacha fue enamorándose del joven.
Así lo acerco hasta la aldea, presentándoselo a sus padres. El jefe del poblado y padre de la muchacha, no vio con muy buenos ojos a Abel. Pues cada vez que encontraba una oportunidad, sacaba del tema del bosque y la madera de los arboles.
Dándose por vencido, termino por apartarlo durante un tiempo de su memoria, hasta que la familia de su amada estuviera más confiada y creyera mas en el. Donde terminara consiguiendo su primer propósito; casarse con Así.
Donde una vez haberlo conseguido, le sería más fácil retornar su sueño, arrasar con las Amazonas, sacando toda la madera posible de aquellos impactantes y memorables arboles.
La boda se celebro dos veces. Una desde el punto de vista de Abel, sus creencias y el estatus de su familia. En una palabra: a lo grande. La otra fue más sencilla, dentro de la aldea, solo con los aldeanos y por supuesto de testigo, la naturaleza y toda la creación.
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