Un sexagenario aprovechándose me convenció

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Para entrar en tema era el año 2020, año de pandemia, por razones laborales mi ex novio trabajaba en una distribuidora, era chofer allí. Por razones de enfermedad la secretaria de Don Juan pidió licencia y por eso trabaje allí unos meses.

Juan era un hombre de unos cincuenta y cinco años bien parecido y siempre andaba bien perfumado que te hacia perder la noción.

Durante el tiempo que estuve allí no dejaba pasar la ocasión de decirme algo bonito insinuando sexualidad, pero muy caballeroso, nunca una mala acción o palabra, un sábado a la mañana había discutido con mi novio en ese momento, por lo que llegue muy alterada y Juan lo noto enseguida, después de dar las tareas al personal, que damos solo en la oficina, el me invito un café, salimos de los escritorios y fuimos a la cocina donde me pregunto que me pasaba, que me había hecho ese hijo de …. Que no sabe apreciar el tesoro que tiene, obvio todo esto me lo decía dulcemente al oído lo que hacía que me calentara, estaba vestido de un pantalón color crema y una camisa blanca, todo ajustado que pude notar su pene erectándose, eso me mojo y entre risas le di las gracias por ser tan amable a lo que respondió acercándose a mi sintiendo su miembro en mi muslo y acariciando mi espalda, me dijo te mereces esto y más. En esa posición intento besarme una o dos veces al principio me negué un poquito, pero luego deje que sus labios rozaran los míos, para luego besarnos, y decirme quiero hacerlo contigo, necesito estar dentro tuyo, me ruboricé y me fui a mi escritorio, luego de unos instantes venia Juan con dos tazas de café y mire su pene grueso y grande y algo cambio en mí.

Yo estaba apoyada en mi escritorio cuando él llega, deja las tazas de café se apoya junto a mí y fue inevitable nuestras bocas se buscaron y las lenguas comenzaron una danza de saliva y baba, de inmediato quedé parada y el detrás mío apoyándome su pene en mis nalgas el cual sentí duro y grande tomo mis tetas por sobre la ropa y dijo quiero estar dentro tuyo, lo necesito, necesito cogerte.

Yo, no Juan entre suspiros de aceptación, soy fiel a mi novio.

El, yo también a mi esposa, pero tú eres especial.

Yo, haaaaa Juan no se.

El, háganoslo por atrás así no te sientes tan mal.

Yo tenía puesto una pollera gris, sin medias solo mi tanga y una camisa azul abotonada por delante.

Yo no Juan me va a doler mucho no quiero ser infiel.

Entonces el deslizando sus manos por mis muslos y dejando mi pollera sobre ellos bajo a besarme las nalgas y metiendo un dedo en mi vagina,

No Juan hahahahha por favor pueden venir los muchachos.

El mientras hizo una llamada, se desabrocho el pantalón y dejo a mi vista una verga, casi negra, gruesa y con venas y muy delicadamente llevo mi boca a ese pedazo de carne el cual comencé a deglutir., toda para vos amor.

luego de unos minutos el totalmente desnudo y yo sin pollera y braga, me apoyo en un rincón del escrito alzando mi pierna en una silla, mi piel es blanca y estaba depilada me lamio la vagina y el culo poniéndome además un gel intimo para sexo anal, y apoyo la cabeza de su vergota en la entrada de mi esfínter y empujó.

yo haaaaaa, gemi, Juan duele.

el, shshshsshs ya está amor, entró la cabeza ahora va hasta la mitad.

Y empujó y me la metió toda, quedamos pegados unos minutos, yo estaba en otro mundo no solo por su verga sino por el perfume sus palabras, sus manos en mis caderas y ese vaivén perfecto que hacía que toda su verga entrara hasta el tronco en mi culo.

¿Quieres que nos acostemos en el suelo?

No Juan, puede venir alguien y nos va a ver.

Ven un poquito.

A los cinco minutos estaba boca abajo en la alfombra totalmente desnuda apoyándome en mis codos y el totalmente abierta, el adentro mío, culeándome, hablándome al oído, aferrándose de mis hombros

Diciéndome abrí un poquito más corazón, así te entra toda.

así te gusta, abre el culito, es tuyo.

A los minutos, cerra un poquito las piernas y cógeme corazón, tu esfínter me aprieta mucho la verga

Si Señor, ahora te cojo.

Comenzamos a contornearnos a besarnos y a gemir de placer, hasta que me lleno de leche, me inundo toda, y arremetió contra mis nalgas blancas y ni culito indefenso, que cogida que me pegó esa mañana de sábado.

Fueron tres en total. Después te cuento las otras., besos,

Coméntame y escríbeme, te espero.


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