EL INTERCAMBIO (1-4)

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Mientras  la  abuela  hablaba, el  gatito  la   escuchaba  muy  fijo, mirándola  seriamente  a  los  ojos, mientras  pensaba;

--¡Eso, ayúdame!, ¡sácame  de  aquí !, antes  de  que  sirva  de  comida, para  unos  mugrientos, muertos  de  hambre. ¿Si  os  veis  así?, es  porque  los  que  os  gobiernan, no  tienen  aspiraciones, no  piensan  en  su  pueblo. Solo  piensan  en  su  orgullo. Deberían  de  haber  cogido  lo  que  yo  le  ofrecía. Dinero, poder  ser  conocido  por  impedir  una  masacre  en  su  pueblo. Yo  le  regalaba  riquezas. ¿Ahora  que  tenéis?, ¡nada!, porque  os  voy  a  destruir. No  pienses  que  me  quedare  con  una  mal  oliente  y  pestosa  como  tu  nieta. Seguro  ni  se  lava. Uff, hasta  olerá  mal, (haciendo  un  movimiento  con  la  cabeza, como  si  le  diera  un  repelús)

 La  abuelita  seguía  hablando  y  acariciándolo  con  cariño con  lagrimas  cayendo  por  sus  mejillas, mientras  él  pensaba, lo  que  haría   con  todos, una  vez, volviera  a  su  estado  normal. En  ese  momento  se  escucha;

--¡Abuelaaaa! estoy  aquí.

Secándose  las  lagrimas   con  la  mano, se  dio  la  vuelita  y  se  encontraba  una  niña  triste, sucia, llena  de  polvo. Se  veía  que  había  estado  escondida  en  algún  lado. La  abuela  se  acerco  a  su  nieta  y le  dio  al  gatito, diciéndole;

--Mira  hija, que  te  he  traído. Es  muy  bonito, será  tu  amigo, cuídalo  y  quiérelo.

 Mientras  se  lo  daba  se  escucho  un  disparo, cayendo  la  abuela  al  suelo, viendo  que  era  el  hombre  que  quería  el  gatito  para  darle  de  comer  a  sus  hijos. Dándose  cuenta  la  abuela, le  grito;

--corrreeeeeeee, llévate  a  tu  amiguito  nuevo  y  salvaros  los  dos. (Muriendo  en  el  acto).

La  niña  mientras  corría, lloraba, apretando  al  gatito  hacia  ella.  Diciéndole;

--yo  te  cuidare, pero  tu  cuida  de  mi. Yo  soy  muy  pequeña  aun  y  siempre  he  estado  protegida  por  mi  abuelita. Lloraba, lloraba  y  llamaba  a  su  abuelita. Decía  ¡vuelve, vuelve!, ¿qué  hago  ahora?, no  se  estar  sin  ti. ¿Dónde  voy  a  vivir?,  ¿donde  busco  ayuda?, tengo  habré  y  frio, ¿Dónde  me  escondo?

Por  primera  vez, el  gatito  sintió  lastima  de  su  nueva  amiga.

Por  primera  vez, sintió  que  realmente  alguien  daba  la  vida  por  él, sin  tener  nada  a  cambio.

Por  primera  vez, no  pensó  nada  sucio, ni  maldijo  a  nadie.

Por  primera  vez, deseaba  ayudar  y  darle  consuelo.

De  pronto  la  niña  vio  una  vivienda  medio  derrumbada, entro  y  se  escondió, hasta  entrada  la  noche. Habiendo  pasado  varias  horas, salió  y  busco  algo  de  comer, encontrando  en  el  suelo  un  trozo  de  pan  duro  y  un  poco  de  agua. Miro  al  gatito  y  le  dijo;

--¡Ven!, vamos  a  comer.

En  un  lado  del  suelo, le  migo  como  pudo, un  trocito  de  pan  y  en  su  mano, le  dio  de  beber  un  poco  de  agua. El  gatito  se  acerco, bebió  de  su  mano  y  empezaron  a  comerse  el  pan  duro  los  dos  juntos


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