Corría, corría, tan fuerte y tan rápido, que ni los guardaespaldas pudieron alcanzarlo. Pero en ese momento no sentía miedo, solo veía la fecha del periódico y que tenía dos días para averiguar si la niña existía y si era así, salvarla. Todo lo demás, carecía de importancia para él. En su mente, no había espacio para mas preocupaciones, solo tenía el gato y la niña.
Su despacho se encontraba en un recinto a las afueras de la capital. Dentro de la propiedad, en un sitio oculto, tenía una pista de aterrizaje. Donde había una avioneta que solo la pilotaba él y un helicóptero de combate, camuflado. Cuando alguien lo veía, daba a entender que era de una persona de negocios. Cuando en realidad, tenía desde una metralleta, hasta un arma, echa expresamente para él. Todo el armamento incluido en el aparato, fue diseñado y inventado, por el mismo.
Nadie conocía ningún dispositivo adaptado al helicóptero. Pues después de terminar su fabricación y ponerle todo lo que el mismo diseño, mato el mismo a todos los que trabajaron en el aparato. Nadie en el mundo sabía todo lo que ese aparato podía hacer realmente.
Salió a la pista, dirigiéndose directamente al helicóptero, se subió y como alma que se lleva el viento, desapareció entre las nubes y los edificios. Dirigiéndose al frente. Donde estaba un gran amigo suyo, de una gran confianza entre los dos. Mientras volaba, lo llamo, quedando con él y dos soldados en un punto estratégico, en la frontera entre los dos países. Cuando llego, le esperaba un vehículo, ropa para pasar desapercibido y un soldado para que fuera su guardaespaldas.
Los dos se dirigieron al sitio que el recordaba, tardaron un día entero, comiendo mientras conducían sin parar. Al llegar a un punto clave, tuvieron que esconder el vehículo con hojas, hiervas y en una zona de mucho arboles, donde era difícil acceso, dar con él.
Todavía les quedaba, como medio día andando. A lo lejos, se divisaba, una ciudad desaparecida en escombros. Conforme se iba adentrando se iba viendo, coches quemados, personas muertas por las calles, de vez en cuando se escuchaban, como explotaba alguna que otra mina, cuando las personas corrían o los niños jugaban.
Se percato de un letrero, miro y a unos metros había un edificio, donde todavía se podía visualizar a lo lejos personas rebuscando entre los enseres que quedaban en lo poco del inmueble en pie. Mas unos pasos adelante, un pequeño puente, que todavía se mantenía de pie.
Enseguida noto, que ese era el edificio, precisamente por el puente, que fue donde la abuela lo agarro, acercándoselo hacia su pecho. Corrió y al llegar no pudo aguantar las lágrimas. La niña estaba muerta en la entrada y adentro se encontraba el hombre que lo perseguía, acompañado de dos niños. Que en ese momento, se veían muy felices comiendo carne.
Empezó a llorar como nunca antes lo había hecho. Deseo estar muerto, deseo que no hubiera sido verdad el sueño. Su vida en segundos fue pasando por su mente, maldiciendo su nacimiento, sus raíces y su niñez. Cayó en seco de rodillas en el suelo pidiendo perdón. Pero en su mente mientras vivió, nunca pudo olvidar a la abuela, la niña y el gato.
FIN
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