Noche de luna
que escuchas el sufrir
del papel en blanco
arrastrado por el viento
Y un eco endemoniado
se eleva y desciende
hasta desaparecer,
llevándose con él
las palabras
robadas del pensamiento
~Noche de luna...
no sientas el lamento~
Ni los verbos pudieron resistir a la embestida del viento
y como plumas fueron levantados de las páginas
que con tanto apego se habían ido escribiendo.
Todavía llevaban el aroma de lágrimas solitarias,
de caricias presentidas,
de íntimas esperas y miradas inciertas que
no habían sido rendidas ni olvidadas...
pero aquél rufián, aquél bandido, robó hasta el último acento,
y situó un profundo abismo entre las palabras y el último cuaderno.
Y así fue como aquel eco, inmenso, terrible,
–en una noche de luna–, consumió sus pensamientos.
©Serendipity
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