TÓPICOS Y ESTÉTICA DEL CINE 1

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Hace algunos años, cuando yo era un niño pequeño, al parecer era llorón y muy pesado. No me sentía a gusto en ningún sitio, y menos ante las cursis visitas que venían a mi casa, hasta que un día mi madre sin saber qué hacer conmigo decidió llevarme a un cine del barrio en el que vivíamos.

Entonces para sorpresa de ella yo instintivamente me quedé totalmente subyugado por aquella "linterna mágica", lo cual significaba que tanto mi persona como muchas otras de mi generación habíamos dado un salto cualitativo en el tiempo respecto a las demás generaciones anteriores para adentrarnos en la modernidad que se enmarcaba en la cultura de la imgen y que años más tarde ésta se diversificaría en diferentes medios tecnológicos y audiovisuales.

A pesar de que los maestros de escuela que tenían una mentalidad tan antigua como estrecha de miras quienes no cesaban de desdeñar al llamado Séptimo Arte y a la fascinación que este suscitaba en todos nosotros puesto que les parecía que dicho fenómeno nos distraería de los estudios, yo cada vez que entraba en una sala de proyección sentía una indescriptible emoción similar a la de un sujeto devoto al irrumpir en un templo religioso dispuesto a orar.

Sin duda el cine ha constituido para muchas personas de mi época una ventana abierta al mundo, así como un poderoso medio de entretenimiento y asimismo de reflexión, que a través de sus historias se estimulaba nuestra isaciable curiosidad, y que a su vez en muchos casos servía para compensar la falta de diálogo familiar que se sufría en muchos hogares.

Sin embargo una persona como yo que lleva tantos años viendo películas de todos los géneros tanto comerciales como las europeas de Arte y Ensayo de autores independientes, forzosamente llega un punto en que el espectador se vuelve más exigente y más crítico con lo que se le ofrece en la gran pantalla, y se fija en aspectos del guión literario y de la puesta en escena en muchos fillms que no le acaban de convencer.

Se comprende que el cine con su lenguaje sintético que tiene su propia dinámica diferente a la de la Literatura y a la del teatro aspire a ser algo realista dentro de la ficción para ser lo más verosimil posible. Y si es un nuevo arte como se dice, es también por encima de todo un negocio que para subsistir  tiene que saber interesar al espectador. Para ello las películas están sujetas por un lado a una estética que poco tiene que ver con la vida real, y por el otro lado según la filosofía mercantilista norteamericana está el marketing para dar al espectador lo que este quiere ver a tenor del estado de ánimo en el que se encuentre; sean películas de aventuras, de un falso, forzado y ñoño romanticismo como en TITANIC, o intimistas, y de problemas sociales que afecten más o menos a una comunidad.

Mas yo pienso que actualmente los guionistas de una mayoría de films se han dormido en los laureles y escriben diálogos y situaciones muy estereotipadas y manidas. Por ejemplo es inverosimil que en una película de acción el protagonista que vieja en su coche por una tortuosa carretera en compañía de una guapa mujer y es perseguido por otro auto en el que va el malvado de turno; y el vehículo del héroe se despeña dando vueltas de campana por un terraplén, y éste aparentemente salga ileso del accidente, a la vez que su compañera que apenas tiene ningún rasguño ni se ha despeinado le pregunte de un modo anodino: "¿Estás bien, cariño?" ¿Cómo diablos va a estar bien si aparte del susto lo más probable sea que el héroe de la historia tenga algunas costillas rotas, o una hemorragia interna? Lo más lógico sería que los protagonistas fuesen enseguida al hospital más cercano para hacerse una revisión a fondo. También hay películas en las que el héroe padece una situación emocionalmente traumática, como por ejemplo, un fuerte desengaño amoroso; o la pérdida de un ser querido, y acto seguido alguien le hace la misma tópica pregunta. "¿Estás bien?" Nadie está bien después de haber sufrido una mala experiencia sentimental, a no ser que el protgonista sea un tipo  tan insensible que nada le afecte; o sea un avejentado alumno de la escuela estoica de la vieja Roma en la que enseñaban los filosofos Séneca y Epicteto quienes procuraban distanciarse de las malas situaciones para que les salpicaran lo menos posible. Con esta boba pregunta da la impresión que quien acompaña al héroe o a la heorina del film quiera autoconvencerse de que a pesar de haber sufrido un serio revés vital no les sucede nada grave para no tener que responsabilizase de su problemática. Creo que se trata más bien de un fácil recurso linguístico para llenar un hueco en el guión, en el que se piensa que los espectadores no se darán cuenta del absurdo de la pregunta, pero que obviamente está fuera de lugar. Pues ahora hay muchas películas que abusan del: "¿Estás bien?"

                                                                           CONTINÚA

 

 


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