La esperanza de uno, es la vida de otro (1-3)
Por Merced 54
Enviado el 27/09/2023, clasificado en Varios / otros
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Paul se quedo muy pensativo cuando la amiga de Julia se fue. Ya había pasado 15 años desde entonces y 6 meses desde la muerte de su padre. Tenía 3 años para tener hijos. Era la fecha límite, que su padre puso como condición, para recibir la herencia familiar. Mientras tanto recibiría un dinero cada mes. Como pago a su puesto de trabajo como presidente, en la empresa.
Cuando llego a su casa, hizo unas llamadas averiguando los apellidos de Julia y algún que otro dato, que sirviera para empezar a buscarla. Después contrato un investigador privado, amigo de la familia y de entera confianza, para que averiguara donde se encontraba su hija, con la información, que Paul le dio.
Sergio que así se llamaba el investigador, se fue al día siguiente con la información que tenía en su poder a la India, para encontrar a la joven. Pero nada más llegar, averiguo que Julia estaba muerta hacía mucho tiempo, exactamente 15 años. Enseguida llamo a Paul informándole de lo que ya sabía. Paul se alegro, pues enseguida pensó que no estando la madre viva, sería más fácil quitársela a los abuelos, si demuestra que es el padre de la joven. Teniendo un final de lo más sencillo sin ninguna complicación.
Pero Sergio se veía con otra incógnita, no encontraba donde estaban viviendo los abuelos, ni sabia como se llamaba la joven. Buscaba por aquí, preguntaba por allí, sin conseguir noticias algunas. Terminando por decidir Paul enfrentarse al problema el mismo y presentarse en la India a buscarlos por los pueblos de los alrededores , a las afueras de la capital.
Al llegar al aeropuerto de la India, cogió un taxi y le pidió que lo llevara a un hotel, de uno de los pueblos cercanos. El taxista le informo, que por su estatus, seria mejor que se quedara en un alojamiento en la misma capital, pues sería más parecido, a lo que estaría acostumbrado. Pero Paul insistió que quería, un hotel en un pueblo pequeño, cerca de la ciudad.
Lo llevo a una pensión en medio del pueblo, que el taxista pensó, que para él, sería lo mas correcto. El hotel era pequeñito, familiar, muy coqueto. No le faltaba de nada. Había 6 empleados, mas los dueños y su nieta.
Dos camareros, 2 cocineros y dos camareras de habitaciones. Repartidos en dos turnos, uno de día y otro de tarde. Todos eran muy atentos con los clientes. Las camareras siempre intentaban que la habitación estuviera, lo más limpia posible y completa en las necesidades, como sabanas limpias, toallas, etc.
Paul llego a sentirse como si estuviera en su propio hogar, llegando incluso a cogerles cariño. Lo trataban como si fuera su hijo. La señora de unos 65 años le hablaba con cariño, lo despertaba tocando en la puerta, siempre le preguntaba que quería desayunar, comer o cenar.
La dueña le lavaba la ropa y se la planchaba. Paul empezó a tratarlos como si fueran sus padres. A veces en el silencio de la noche, recordaba a sus padres y pensaba, que nunca fueron capaces de llenar el vacío que el sentía. Sentía que la señora estaba haciendo de madre, más que la suya.
Los miraba como se trataban y les daba envidia no haberlo sentido en su casa, con sus padres. Veía como el dueño, la miraba, la tocaba y le hablaba. Sentía como fluía un amor desconocido para él, entre aquellas personas. Sobre todo se estaba dando cuenta, que las decisiones, las tomaban juntos. Que uno no actuaba a las espaldas del otro y que el negocio eran los dos los responsables.
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