Imprimir un gris

He vuelto a caer en la subida de mis emociones, entre altibajos intento otra vez no terminar criogenizado ni volátil en mi termómetro interno. Los sentimientos salvajes se amalgaman en un corazón sensible, pese a todo siento que necesita seguir latiendo un poquito más.

Tal vez las emociones sean como estas fuerzas primigenias. Me recuerdan a un niño que ha sido ignorado por quien le dio vida, aquel que debía protegerle le desentendió completamente. Y por esa razón lo completamente ignorado grita para clamar la atención de su progenitor. La necesita y no dudan en volverse intensas para conseguirlo. Anhelan mostrar su esencia negada durante tanto tiempo....

Nuestro mundo interior no es diferente a una compleja conversación, pues a veces- algunos dirán que casi siempre- la comunicación es imperfecta y ambas partes ajenas al silencio de los gritos del otro acabaron haciéndose daño. Emisor, receptor,... ninguno queda indiferente y ajeno a las heridas. Pero es curioso si recordamos que la persona y sus emociones son uno. ¿No?

Del mismo que no se puede encarcelar una aurora por el firmamento, no deberíamos seguir reprimiendo nuestro mundo interior. ¿Aprenderemos a tratarlas mejor?, respetando que todos tenemos limites que nos ayudan a nuestro ritmo a crecer nuestros más íntimos umbrales. Esa senda que solo se puede recorrer con tiempo, respeto y dignidad.

Al final todos poseemos luces y sombras dentro, pero curiosamente -incluso si suena paradójico- es precisamente este gris quien parece ser un artista oculto. Un especialista en los más variopintos lienzos proyectados en los matices de cada vida. Arroja colores y los combina en umbrales imposibles dando lugar a paisajes, imposibles de proyectar de otro modo.

Así entendí que quiero aprender a imprimir más los grises, esos espacios a veces negados que nos envuelven. Con sus combinaciones más o menos diluidas nos permite dejar de vivir en una vida manida donde todo sea día o noche. Lo aparentemente perfecto a mí me da miedo. Y hoy confieso por fin que soy gris, una existencia de blanco y negro que acaba vaciando cualquier emoción y sus colores en estas palabras.

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