Estoy receloso de las buenas intenciones, ya he visto demasiadas manos manchadas. Demasiada suciedad. De todo tipo. Y puedo asegurar que nadie está limpio en el fondo, si rascas todos somos bastante destructivos. Caóticos. Lo nuevo apenas dura un momento. Lo inmaculado es negado ante el cortoplacismo y otras frivolidades.
Sin embargo, a veces, también aparece gente que nos necesita realmente, somos 12 compañeros en este proyecto. Vivimos todos juntos en receptáculo y nuestro turno es eterno, un 24/7 en toda regla. Siempre atentos a las necesidades más variopintas de las personas,…; otras veces avanzamos a oscuras entre bolsillos y bolsos olvidados, esperando a un momento protagónico que nunca llega.
Dicen que el mundo es un pañuelo, que la vida es un mar de lágrimas-y yo añadiría de estornudos extraviados y recurrentes-, y yo como un paquete con 12 unidades no podría estar más de acuerdo. Mientras pienso todo esto… parece que vuelven a separarnos, ha llegado el momento de la acción, de cumplir nuestro deber, de ser un héroe. Adiós, número 12 ha sido un placer compartir tanto. ¿Nos alistamos para todo esto? ¿Es hora de arrepentirse? Ya es tarde para pensar, ya sea desde besar barro hasta ayudar al inocente. Feliz misión, amigo mío. Suerte en el mundo exterior. Y como nos gusta decir en la compañía: ! A Mandar narices!
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