Átila (historia verdadera)

Cambiando de colegio, tuve que adaptarme al nuevo horario, nuevos compañeros y sobre todo, a los nuevos profesores. 

Habían de los más selectos en aquella época, gente con contactos en CC (el Comité Central del Partido Comunista, el correspondiente del Parlamento, un Parlamento dictatorial), y gente muy severa, que no permite ningún fallo a los alumnos, tanto en estudiar que en conducta.

Sin duda, el más “feroz”, era el profesor de historia, ulteriormente lo tuve cómo profesor de “Constitución” (era una materia que se estudiaba obligatoriamente en el secundo ciclo de educación (gimnasio: clases 5-8), sobre nombrado por los alumnos, Átila.

Lo gracioso era que lo sabía y el mismo se recomendaba con este nombre, siendo muy orgulloso de lo mismo.

De aspecto físico, también lo parecía: un hombre pequeñito, de piel bastante oscura, feo o más bien, feísimo, que inspiraba terror.

La semejanza física y psicológica con el famoso personaje, le daba al profesor una importancia que, de otra manera, no la había conseguido, y al mismo tiempo, el orgullo de ser comparado con el personaje glorioso de la historia húngara.