Con Leonel y su esposa Parte 2

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En esos días, Leonel y yo platicábamos por teléfono todo el tiempo. Él estaba extasiado con la calentura que su esposa estaba teniendo por coger con otra mujer, y ya mantenía en sus fantasías a mi esposa Victoria. En la cama se ponían a hablar de cómo sería ella, qué le gustaría hacer, que por qué le gustaba tanto coger con mujeres... y por supuesto con otras personas. Y Dinora empezó a imaginar el cuerpo de mi esposa, por lo que Leonel le dijo que me preguntaría si yo "podría" darle algunas fotos de Victoria desnuda y cogiendo conmigo y con alguien más (era muy cómico porque Leonel ya tenía una colección enorme de las fotos que yo le había tomado a él cogiendo con mi mujer, en donde se veía perfectamente cada detalle y parte del cuerpo desnudo de Victoria... pero él no podía enseñar esas fotos precisamente porque él estaba allí, cogiendo con ella... y conmigo). 

Por supuesto, para ejecutar bien el plan, yo le mandé a su celular muchas fotos de mi mujer desnuda... y cogiendo con Paty, Alicia y Miguel... y conmigo; y Gustavo y Miguel y Manuel (pero con las caras de ellos editadas para preservar su identidad y su intimidad, pero eran muy explícitas y pornográficas). Después nos contó Leonel que esa primera noche que Dinora vio las fotos se puso como loca de caliente... y que parecía que no se satisfacía con nada. Quería más y más sexo... y especialmente que Leonel le mamara la pusa una y otra vez, y que tuvo muchísimos orgasmos, más que los que él le hubiera visto o conocido. Y se fijó mucho en la pusa peluda y las axilas sin rasurar de mi mujer.

Siempre creímos que nuestro plan llevaría a que Dinora aceptara estar los cuatro y que cogiéramos e intercambiáramos pareja. Pero no fue así. Lo que Dinora le pidió a su esposo es que me convenciera de que ella y Victoria cogieran... solas. No era lo esperado pero era algo muy bueno y seguro que sólo sería el inicio. Leonel le dijo que me lo propondría... y por supuesto que nosotros aceptamos inmediatamente. Dinora pidió otro "favor" y era que si Victoria cogía con ella, si podría tener la pusa rasurada (Dinora la tiene depilada completamente) porque eso le recordaba a su "amante" lesbiana de juventud. Y tomamos un riesgo. Nos negamos a que Victoria se depilara la pusa... o las axilas; y le pedimos a Leonel que le explicara que los pelos corporales a nosotros nos dan muchísimo placer y que preferíamos que fuera así. Además que así Dinora sabría que estaba cogiendo con una mujer madura y no con una "niña". Y un poco renuente pero Dinora aceptó coger con Victoria peluda (y después resultó que eso le encantó, y que el olor y el sabor eran millones de veces más fuertes y deliciosos que los que recordaba del cuerpo y pusa de su amiga en el colegio).

Concretamos que el siguiente fin de semana Dinora llegara a nuestra casa y que cogiera con mi esposa, todo el tiempo que quisieran, sin prisas y sin presiones de ninguna clase. Yo ya no estaba cuando Dinora llegó... me había ido a la casa de Leonel... y sabíamos que mientras nuestras mujeres estuvieran cogiendo, nosotros también podríamos "aprovechar" el tiempo y pajearnos y mamarnos como tanto nos gusta. Fueron casi 6 horas que Dinora y Victoria follaron. Desde temprano en la tarde hasta que cayó la noche. Y cuando Dinora salió de mi casa, Victoria me llamó y fue el momento en que yo me vestí... dejando desnudo a Leonel en su cama, esperando a su mujer (Con Leonel tuvimos un par de orgasmos pero no quisimos gastar todas nuestra energía sexual sólo en nosotros... porque con seguridad tendríamos que coger con nuestras mujeres cuando nos contaran todo lo que hicieron).

Al salir de la casa de Leonel (primera vez que iba, y había cogido con él en su cama, lo que era muy excitante) llamé a mi mujer... y ella me dijo que ya me contaría cuando yo llegara, que necesitaba reponer energías. Que había sido una tarde muy apasionada y casi de locura sexual con Dinora... y que me tenía varias sorpresas... fotos de ellas desnudas y cogiendo... el brasier de las tetas grandes de Dinora... y su calzón empapado y apestoso a los jugos de su pusa y culo... que así yo no sólo podría sentir el sabor y el olor de la mujer de mi amigo en el cuerpo de Victoria, sino también muy concentrados en su calzón, que estaba húmedo y manchado de blanco y de amarillo, de su flujo vaginal y de su culo. Que Dinora había resultado ser una putita en potencia y muy "cerda" para el sexo... y Victoria no me quiso decir más. Tuve que esperar hasta llegar a mi casa para que me contara más... pero a pesar del sexo con Leonel, en el carro se me volvió a para la verga, imaginando todo lo que seguramente habían hecho, ya que conocía muy bien a mi mujer y lo que le gustaba en el sexo; y seguro no se guardó nada y quiso practicarlo todo con Dinora.

Lo que sí me dijo mi mujer es que Dinora había resultado más caliente que Paty, Alicia y Sandra juntas. Que podría decir que ese trío era el mejor y le más satisfactorio hasta el momento... y que tanto ella como Dinora juraron que querían más y más y repetir entre ellas todo lo que pudieran. Que Dinora era el tipo de mujer que a mí me fascinaba y calentaba mucho. Era gordibuena, con pechos grandes y pezones enormes que se le paraban mucho; y que aunque estaba rasurada su pusa me iba a encantar... porque tenía labios vaginales grandes, colgantes y salidos (más que cualquiera de las otras con que habíamos cogido) y que su clítoris era "enorme", salido y se ponía duro como una verguita y que era delicioso de mamar y chupar. Y que sus orgasmos eran escandalosos y que Dinora de verdad se había "liberado" y entregado a todo lo que hicieron. Y que platicaron mucho de sus experiencias, deseos y fantasías... y que seguro pronto estaríamos los cuatro cogiendo y yo gozando con Dinora. Eso me volvió loco de deseo por ella.

Al llegar, tan sólo entrar en la casa sentí la peste a pusa, a culo y a sexo. La ropa de Victoria estaba tirada y desordenada en el piso de la sala... pero me di cuenta inmediatamente que su brasier y calzón no estaban (y mi mujer me confirmó después que Dinora se los llevó como recuerdo... puestos en su cuerpo, y así sentir la ropa interior de otra mujer rozando su piel). Victoria me esperaba, desnuda, con un par de vasos de nuestro whisky favorito y en un gesto como de "brindar" conmigo por el nuevo escalón que se había dado en esta nueva vida sexual que tanto nos gustaba. Y noté inmediatamente el brillo en los ojos de mi mujer, y que aunque sus pezones se veían irritados, seguían muy parados y listos para más.

Continuará...


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